Sermón del Rabino David Cohen-Henríquez

¿Dónde se encuentra la inspiración?

Uno de los temas más fascinantes en mi vida es el proceso de la inspiración. ¿Cómo se consigue y de dónde proviene?
Quisiera contarles hoy un poco de las fuentes de inspiración de donde he bebido.
Se podría decir que soy un hijo de dos mundos. Bueno, producto de varios mundos así como mucha gente. Pero en cuanto a judaísmo, soy producto de dos comunidades:
En mi niñez asistía durante la semana al Instituto Alberto Einstein. En los fines de semana a Kol Shearit y a Macabi.

En el Instituto Alberto Einstein recibí inspiración de mis maestros desde los 3 años hasta los 17. El conocimiento es la esencia del Judaísmo. Sin profesores que me enseñaran a leer, escribir, contar, hacer matemáticas, y cuestionar el Universo no podría haber hecho esto. A ellos les dedico este camino que he emprendido.
Tal vez uno de los hombres mas importantes del siglo 20, Alberto Einstein desarrolló una teología basada en la física y en el estado de admiración del universo por medio de la matemática, las ciencias y el ingenio humano. Él creía que la humanidad llegará a un punto en que los dogmas dejarán de existir, en donde se sentirá a Dios en cada momento inspirados a través del conocimiento.
Macabi. “Mi camoja baelim Adonay”. Quién como tú entre los dioses Adonay. Basado en el grito de los jóvenes idealistas guerreros que luchaban contra la imposición de valores foráneos traídos por la actitud de Imperio. Basado en los modelos juveniles sionistas, en Macabi encontré jovenes de almas buenas y nobles que entre los fashion shows y las guerras de lodo que lo cubría todo sobresalían. Ellos conocían y me ayudaron a explorar el poder de la educación judía, la inspiración para desarrollar de formas divertidas y creativas la transmisión de nuestras enseñanzas milenarias a las nuevas y cada vez más aceleradas generaciones.
Kol Shearit Israel, la voz del remanente de Israel. Cuando venía a la sinagoga en aquel entonces era en la mayoría de las veces la única persona de mi edad. No tenía niños con quien hablar ni jugar, lo que no me dio mas remedio que aprender a escuchar los sermones y a rezar. Lo que encontré y aprendí en esta comunidad fue el espíritu de comunidad, algo muy raro de encontrar hoy día. Más que una sinagoga, una gran familia, en donde los hermanos y hermanas se sientan en plena armonía.
La yuxtaposición de las diferentes fuentes judaicas en mi vida me enseñó algo a una temprana edad: Por un lado tenía una comunidad que cada vez se enfocaba más y más en volver la vista atrás y recrear las formas de antaño, basándose en textos legales y estructurados a través de los rituales. La Halajá, literalmente el camino, es el cuerpo que mantiene unido al pueblo de Israel. Sin embargo no encontraba el espíritu en la ley ni en las personas que la practicaban.
Por otra parte en Kol Shearit había una ausencia muy grande de Halajá, pero había un espíritu muy fuerte. A lo que llegue a concluir que un cuerpo sin espíritu es un zombie, y un espíritu sin cuerpo es un fantasma. Lo que realmente quería era seres humanos completos en cuerpo y en espíritu.

¿Pero que podía hacer yo?

La gente me pregunta qué me inspiró a ser rabino. La verdad es que nunca tengo una misma respuesta.
Pero sé que tuve dos fuentes de inspiración para realizar en mi mente y corazón que yo también podía hacerlo. La primera fue ver la película “Keeping the Faith” con Ben Stiller y Edward Norton, en donde un rabino y un cura jóvenes son mejores amigos. Vi ahí que se podía ser un rabino joven y cool.
La otra fuente fue conocer al Rabino Gustavo en Jamaica en la primera convención de la UJCL. Desde que le dije a Gustavo que quería ser rabino, él no solo fue mi gran rabino, sino que fue mi amigo, mi hermano mayor y hoy día mi colega, orientándome y aconsejándome a cada momento.
Tomada la decisión de estudiar para rabino, opté por ir a Hebrew College en Boston. La escuela anteriormente llamada Hebrew Teachers College era una respetada institución judía dedicada casi exclusivamente al Hebraísmo. Con el tiempo fue expandiendo sus enseñanzas judías hasta que Art Green, uno de los mayores teólogos judíos de la actualidad decide abrir una escuela rabínica nueva con sede en esta institución. La escuela sería diferente a cualquier otra. El nuevo modelo de estudio judaico del siglo 21 sería pluralista, es decir, que se sentarían juntos judíos de todas las denominaciones a encontrar caminos en comunes para guiar a nuestro pueblo y a la humanidad en estos tiempos de cambio. El estudio era riguroso, basado en un aprendizaje serio de nuestros textos y nuestras leyes. Ahí aprendí múltiples formas de interpretación y estudio, basándonos desde comentarios medievales a análisis bíblicos por medio de la literatura, la antropología y las ciencias.
Durante seis años estuve en esa comunidad, o mas bien hermandad, una mezcla del tradicional Beit Midrash o Casa del Estudio y la universidad moderna. Un judaísmo pos-moderno en donde nos sentábamos alrededor de la mesa reformistas, conservadores, ortodoxos, reconstruccionistas hablando tanto de las interrogantes del pasado como los retos del futuro. Inclusivista es la filosofía que practicábamos, es decir escuchar a todos con el derecho de ser humano a expresarse y ser y sentir honestamente. Judío gay, judío straight, judío convertido, judío de nacimiento, judío blanco judío negro. Judíos enamorados de judíos y judíos enamorados de no judíos. También estudiamos muchas clases con nuestros vecinos, el Andover Newton Thelogical Seminary, institución cristiana parecida a la nuestra en cuanto a su actitud pluralista y trasdenominacional. Con ellos estudiamos libros bíblicos en común, conversando desde los midrashim y textos de los padres de la iglesia hasta perspectivas cristianas y judías del Holocausto. Aprendimos como expandir nuestra mesa para tanta variedad de personas. Cómo incluir tantas notas en la filarmónica que es la humanidad.
El nerd que habita en mí no podía evitar entrar en la conversación. Comentaba que me sentía a veces en Hogwarts o en la Academia Jedi. Leía con un amigo en arameo con acento de Jaba the Hutt., o comparábamos alguna teología con la Fuerza de Star Wars. Entre chistes aprendí la dulzura de estudiar riendo, cara a cara con un compañero o compañera de estudio, deconstruyendo y reconstruyendo cada aspecto de la realidad, humana, natural y divina.
Cómo resumir tantos años de estudio? Un día, casi al final del camino, le preguntamos a Art cual era su visión el judaísmo, lo que él podría llamar el punto central. El respondió: "“Tzelem Elojim”. La Torá empieza hablando del ser humano diciendo que cada ser humano es creado a la imagen de Dios. Matar a un ser humano es matar cierta parte de Dios. Robar a un ser humano es robar a Dios. Sonreír a un ser humano es sonreír a Dios. Y el deber del judaísmo hoy día? Ver como vamos a hacer los judíos para compartir nuestras enseñanzas con toda la humanidad."
Su enseñanza se expande en lo que fue mi tesis de presentación final. Cuando llegué a la escuela dije en son de broma que la escuela rabínica pasaría por mi cuando encontrara algún tipo de significado para sensibilidades modernas en el libro de Levítico. No solo las encontré sino que se volvió el centro de mi teología.
La mayor parte de la Biblia trata sobre una caja. Una caja que muchos conocen como el arca de la alianza, hecha muy famosa por otro gran judío y otro de mis grandes inspiraciones, Steven Spielberg. Si nos ponemos a ver la Torá con detalle, todo esta centrado en este momento de la construcción de un templo portátil para que Dios pueda vivir entre la gente. No en la caja. En la gente. Alrededor de esta caja donde se deposita el Dios etéreo, un humo diáfano, con un nombre que es igual al sonido del aire cuando pasa por tus pulmones (Y H V H) esta una sólida comunidad portátil estructurada de una manera armoniosa y funcional. Esta caja es un generador central de Energía Divina y debía ser manipulado con la cautela de una planta nuclear. Este “God Flow” sólo funcionaría si todas las piezas, tanto humanas como físicas, estaban en su lugar. Estar en su lugar significaba que todos los círculos concéntricos alrededor de esta caja deberían vivir bajo un estado espiritual que era enseñado a través de leyes y rituales. En el centro del santuario los sacerdotes y levitas, encargándose de la parte ritual y del servicio a Dios. Luego el pueblo, dividido bajo estandartes tribales, tenía que mantener una vida justa y honesta. Desde como se usaban las pesas en el mercado hasta como se trataba a la viuda, al huérfano y al el extranjero. Cómo distribuir los productos de la agricultura, cómo mantener una vida sana tanto en familia, como personalmente. Y sólo cuando esta sociedad portátil mantenía esa dinámica, el flujo divino compenetraba sus vidas. No sé todavía si el flujo salía de la caja hacia afuera o de la gente hacia la caja. Tal vez fueran energías que se encontraban en un punto medio. Una recreación horizontal de la experiencia vertical de Sinai, el deseo de Dios y el ser humano de unirse en un punto.
El epítome de la Torá pueden ser dos puntos en la narrativa: algunos opinan que es cuando Moisés se despide del pueblo y el pueblo entra a la tierra prometida. Otros, y yo soy de esa opinión, es el punto central de la Torá, cuando los hermanos Moisés y Aharón,el profeta y el sacerdote, entran al recién terminado tabernáculo para inaugurarlo, para presionar el “botón de activar”. De este momento se dice que esta escrito “hine ma tov u ma naim, shevet ahim gam yajad", mira que tan agradable y bueno ver a los hermanos sentarse en paz. Hasta este momento de clímax toda la Torá nos explica como el mundo en que vivimos esta quebrado y que los hermanos siempre están en discordia. Desde Caín y Abel, Isaac e Ismael, Jacob y Esav, José y sus hermanos, no había una historia en que los hermanos vivieran en paz. Ahora, Moisés y Aarón harían el cambio, traerían armonía a las moradas de su pueblo. Alrededor de este evento se va formando el resto de los relatos bíblicos. Historias de la construcción del Templo su auge y su destrucción. Posteriormente surgen de manera simultánea formas de mantener la experiencia del Templo una vez que dejó de existir. El judaísmo rabínico y el cristianismo. El judaísmo rabínico recrea en el diario vivir los rituales hechos en el Templo para recordarnos constantemente de lo que era este tipo de vida. El cristianismo cuenta la historia de un último sacrificio en el Templo por el cual todos los pecados de la humanidad quedarían anulados. El último korbán, acercamiento a Dios. De igual manera la iglesia toma las costumbres y rituales de como se celebraba en el Templo.
El judaísmo expande las costumbres y rituales con estudio, de nuestros textos y de las experiencias orales de como era la vida antes de la destrucción del Templo. Y de ahí comentarios sobre comentarios sobre comentarios, buscando siempre una mejor vida para los miembros de nuestro pueblo. Posteriormente ambas religiones van incorporando la imagen del Templo como la imagen del ser humano y del Dios que habita en cada uno de estos santuarios.
Siendo extranjero en una tierra extraña, y proviniendo de una tierra tan exótica como Panamá (“there are Jews in Panama?”) me hizo constantemente pensar en mi país, explicando su geografía, su historia y su vida. Fue cuando pensaba en nuestro istmo que decidí que ser “The guy from Panama” era algo mucho más que tener cédula y pasaporte de esta nacionalidad. En mi filosofía de vida incorporé la idea de SER como Panamá, un puente de unión entre mares y tierras, un punto central que ofrecía servicios. Ver la forma de mi tierra natal me inspira a ser un puente que una a las comunidades, judíos y no judíos en poder recrear la armonía que tenía el centro de los centros, la aleph invisible, Y H V H, Dios, La Fuerza.
Cito a un rabino en el Talmud -la fuente básica de las leyes religiosas judías, de 2.000 años de edad: "He aprendido mucho de todos mis maestros, aún más de mis amigos, pero es de mis estudiantes de quienes más aprendí".
También añado como corolario a mi familia, sin los cuales no sería nada hoy día. Ya hay muchas palabras dichas sobre la especial calidez y sentido de justicia humana que provienen de mis abuelos Milton y Sarita y de sus hijos. Ellos supieron cargar estas enseñanzas que heredaron de estos judíos caribeños y su religión portátil. A mi abuela Iris, quien no está mas con nosotros pero quien me enseñó con solo verla la práctica del amor incondicional y de la paciencia.
A mis primos, tíos y toda mi gran familia extendida. Gracias por cada segundo de inspiración, de risa, de creatividad y de compañía. La familia es una institución cada vez más inapreciada, recuerden siempre la importancia de lo que es el núcleo de la sociedad. A esta familia extendida añado a mis grandes amigos de infancia y los que he ido recogiendo como piedras preciosas en el camino de mi vida. No teniendo hermanos muchos de ellos crecieron como sustitutos, con quienes aprendí los secretos de la vida que no se aprenden en libros ni en casa. A mis estudiantes, mi primer punto de inicio en el proceso de ser rabino, inspiración enorme fue al ver sus caras cuando cae la moneda, cuando se tiene el poder por medio de la palabra de crear nuevos universos en sus cabezas.
Y “ajarón ajarón ahiv”, el último es el más querido. A mis padres, semilla de mi existencia, tierra fértil de amor quienes me riegan con las aguas del conocimiento y los buenos valores, quienes me dieron su luz y su protección en cada momento, en las buenas y en las malas. Estando ahí cuando lloraba por depresión de invierno en el teléfono en mi primer año, pagándome años de estudio con dinero, y sobre todo con el dolor de no poder tener a su único hijo bajo su techo. Muchas gracias por cada latido de su corazón. He aprendido de mi otra fuente de inspiración, los comics y superhéroes, que el que trata de hacer el bien siempre sufre, y pasa mucho tiempo en soledad. Es el arquetipo Jungiano del Héroe. Recuerdo una historia que explicaba por que Batman y Superman eran tan diferentes en sus modos operandi. Uno trabajaba por medio de la inspiración del bien, el lado de la luz, mientras que el otro era el caballero de la noche inspirando miedo. La respuesta era la influencia de los padres en uno y la ausencia de los mismos en el otro. Gracias por todo su amor. Cada palabra de bien que toque el corazón de una persona es dedicada a su nombre, a lo increíble padres que han sido. Han estado ahi con cada felicidad y cada tristeza, cada primer beso y cada corazón partido. Ellos saben que es difícil y están ahí siempre con sus consejos de amor, alentándome, recordándome que la recompensa a la larga es mucho mayor a pesar del sufrimiento en el proceso.
Gente, todos están aquí esta noche porque son importantes para mí, una pieza esencial en mi formación. Me acompañan para celebrar la terminación de un viaje pero el principio de otro. Estoy aquí haciendo esta tarea solitaria y difícil porque el mundo necesita más rabinos que traten a las personas como seres humanos y no como experimentos de tratados y libros antiguos. Se ha tergiversado la religión a convertirse en un grupo de hombres protegiendo su status-quo por medio del control y la coherción. Se revisan cocinas, cabelleras, largos de faldas y flujos sexuales. Se crea el miedo por medio de presiones sociales. La religión y sus mensajes éticos y espirituales se degenera en un chauvinismo étnico. Nuestros rituales y costumbres, diseñados por nuestros antepasados pare recordarnos un sin fin de deberes y responsabilidades se convierten en fetiches y supersticiones.
Quiero inspirar a la gente a que comprenda que hay un punto de unión donde los hermanos se sientan juntos a pesar de sus diferencias. Que sepan que más bien en esas diferencias es donde está el sabor de la vida. La música necesita distintas notas, de lo contrario sería un ruido monótono. Quiero despertar los potenciales de cada nota musical humana por medio de la sabiduría de mis ancestros. Quiero servir porque servir es el arte supremo. Y que no solo yo, sino cada uno de nosotros deje su legado y hacer este mundo un mundo en donde fluya la fuerza divina, el nombre sagrado, el tenue Y H V H el sonido de la respiración, literalmente la Inspiración del Universo entero.