miércoles, 25 de enero de 2012

Bo 5772


Los rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino David Cohen-Henríquez
Congregación Kol Shearith Israel - Panamá


Rebeldes con causa

De acuerdo al Rambam (Maimónides), los egipcios practicaban la astrología y adoraban el signo zodiacal del cordero. (Nótese cómo la festividad de Pésaj cae bajo la casa  Aries).  En la cultura egipcia era prohibido matar ganado ovejuno, razón por la cual los pastores las consideraban desagradables. La evidencia de esta actitud ya la encontramos en Génesis 46, cuando José advierte a sus hermanos de cómo hablar con Faraón (v. 33 y 34):
… cuando el Faraón los llame y les diga: "¿Cuál es vuestra ocupación?", ustedes responderán: "Tus siervos han sido hombres de ganado desde su juventud hasta ahora, tanto nosotros como nuestros padres", a fin de que habitéis en la tierra de Goshen; porque para los egipcios todo pastor de ovejas es una abominación.
Por esta razón, nuestros ancestros degollaron corderos y untaron con su sangre las jambas de sus puertas. Explica Rambam que la razón era para purificarnos de estas ideas egipcias y rechazarlas públicamente.

Otros comentaristas señalan que el acto de separar los corderos, sacrificarlos y untar su sangre en las puertas, era una señal de desafío a sus opresores. Podríamos decir que este acto era el equivalente a escribir un grafiti en las paredes, un gran símbolo de anarquía en rojo o algún mensaje en contra de un dictador. Fue un acto de coraje y valentía, una revolución grupal en la cual, literalmente, se comieron a los dioses egipcios. ¡Cómo habrá sido la reacción de los egipcios, al ver a sus esclavos oprimidos levantarse en audacia, hasta el nivel de tomar y consumir lo que ellos consideraban sagrado!

No era Dios quien tenía que ver la sangre en las puertas de los hebreos a la hora de enviar Su ángel de la muerte.  El mensaje era para aquellos que habían causado dolor a los hebreos después de tantos años. De igual manera, el mensaje era para los esclavos, para que tomaran coraje y crecieran en espíritu, participando activamente en su propia redención.

Nuestro pueblo fue visto por muchas generaciones como un pueblo débil, llevado a la muerte como ovejas al matadero. Hoy día, contamos con un pueblo judío infundido con el espíritu de coraje y audacia, al igual que cuando fuimos liberados de Egipto.  Ante cualquier adversidad, nuestro pueblo estará siempre listo a sobrevivir y vencer a aquellos que desean oprimirnos y destruir.

Shabat Shalom.

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