jueves, 7 de julio de 2016

Koraj 5776

Los rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Darío Feiguin
Congregación B´nei Israel, Costa Rica

La historia de la rebelión de Koraj quedó marcada en la conciencia colectiva como el prototipo de la disputa vacía sólo por el poder. El relato termina con lo que creo es una tremenda metáfora: La Tierra se traga a Koraj y a sus seguidores, como sugiriendo que la búsqueda del poder en si misma, nos conduce a que seamos tragados por la Vida, sin posibilidad de disfrutarla, de dejar una huella en nuestro paso por este Mundo, de encontrar significado en la Aventura de Vivir.

Hasta tal punto quedó este episodio del desierto metido en el inconsciente colectivo, que a partir del desarrollo del Judaísmo rabínico, no va a haber nunca, una única autoridad legal; precisamente por el estigma del autoritarismo y la legitimidad del pluralismo.

En la época de la Mishná había siempre en cada generación, no uno, sino 2 Maestros, conocidos como “zugot” = parejas. Y todo aquél que alguna vez estudió Talmud sabe que en una página de cualquiera de los volúmenes de esta Enciclopedia de Vida, va a encontrar varias opiniones, diferentes, y todas válidas.
En Pirkei Avot, el tratado de Principios, dice: (capítulo 5, Mishá 17) 

“Toda controversia que sea hecha en nombre del cielo, se mantendrá. Y toda controversia que no sea hecha en nombre del cielo, desaparecerá. 

¿Y qué controversia es hecha en nombre del cielo? Por ejemplo, la de Hilel y Shamai (los dos grandes Maestros en la primera generación de Tanaím). ¿Y qué controversia no es hecha en el nombre del cielo? Por ejemplo, la de Koraj y su grupo”.

Esta afirmación tiene importantes implicancias con respecto a nuestra actitud frente al diálogo y a las diferencias.

1. Reconoce la importancia de las diferencias y de la diversidad.
Una sola opinión válida es la llave hacia el fascismo.

2. No sirve cuando la motivación tiene que ver sólo con la búsqueda de poder. A veces me pregunto cuánta más razón tuvo Nietsche que Freud, al advertir que la fuerza del poder es hasta más fuerte que la demanda intuitiva por satisfacer los instintos.

3. No sirve una controversia cuando es para saber quién tiene razón o quién es el mejor. No sirve cuando se trata de convencer al otro, ni mucho menos cuando se lo trata de vencer, al peor estilo medieval.

4. Sirve el diálogo y se mantendrá y será constructivo, cuando se reconoce que la única verdad con mayúsculas es D’s. Esto implica que los Hombres sólo accedemos a verdades parciales. Por lo tanto no sólo debemos declamar sino también defender el pluralismo y el respeto a las diferencias.

5. Sirve el diálogo cuando uno se ubica en una actitud de humildad y aprendizaje. Es decir, cuando el diálogo, además del respeto, propicia la apreciación. Cuando se transforma en complementación. Cuando parte de un reconocimiento y legitimidad del otro.

Es que para dialogar uno necesita al otro. De lo contrario, caeremos en la trampa de creer que dialogamos, cuando sólo esbozamos monólogos.

Junto con las implicancias prácticas del diálogo, quisiera agregar 3 ideas teológicas, que creo fundamentales para expresar mi sentir.

La primera tiene que ver con la supremacía de los Valores. Para entablar un verdadero diálogo constructivo, es imprescindible partir de una serie de valores comunes, como la santidad de la Vida humana, la Libertad, la Justicia y la Paz.

Como dice el Profeta Miqueas, Capítulo 6, versículo 8:

“¡Ser Humano! Él te ha declarado lo que es bueno, y lo que D’s pide de ti: hacer justicia, amar con misericordia y andar con humildad junto a tu D’s”.

No importa tanto en qué tipo de D’s creés. Importa más qué valores supremos que recibimos como desafío y sabremos desarrollar, como para sentir que le hacemos a D’ un lugar en nuestras Vida.

La segunda idea tiene que ver con la Universalidad de su mensaje. Como dice Isaías 56:7 :
“KI BEITÍ BEIT TEFILÁ IKARÉ LEJOL HAAMIM”

“porque la casa de D’s será llamada la casa de oración y plegaria para todos los pueblos”

La Casa de D’s será la casa de plegaria, cuando sea, no para un sólo pueblo, no para una sola Nación, no para una sola cultura o idioma.

Dice el Profeta: será la casa de todos los pueblos. Será la casa de todos los Hombres. Porque más allá de las diferencias, las controversias y el pluralismo, todos somos hermanos, e hijos de un sólo padre. Sin privilegios. Sin discriminaciones.

En tercer lugar, permítanme compartir una idea teológica que surge de la Kabalá española. Dice en el Zohar, el libro más importante del misticismo judío, que ningún ser humano es capaz de percibir directamente la luz divina.

Esa Luz se refracta como un zafiro, y nos llega en 10 emanaciones, cada una de las cuales refleja un aspecto de la luz primordial. Las 10 emanaciones o Sefirot, están conectadas con nuestros órganos vitales, nuestros chacras energéticos, nuestros códigos genéticos, nuestros nombres, nuestros antepasados y nuestros astros.

Ninguna Sefirá por si misma abarca la totalidad de la Existencia. Ni siquiera las 10 juntas.

Será cuestión de intentar ver cómo se refracta la Luz divina desde las distintas perspectivas del Ser. Cómo cada una agrega sentido. Cómo cada una nos regala equilibrio.

Porque podemos intentar dialogar como Koraj: por poder, para ganar, para ser reconocidos, o para creer que tenemos la Verdad absoluta. Pero seremos tragados por nuestra ambición.

El diálogo verdadero es cuando puedo abrir el alma y disentir con respeto y humildad, cuando comparto valores que no son de mi propiedad sino de toda la Humanidad, y cuando reconozco que soy sólo una pequeña chispa de luz divina, que agrega claridad desde su perspectiva particular.

Y nosotros... ¿Cómo dialogamos? ¿Cómo Koraj o como Hilel y Shamai? ¿Cómo expresamos nuestros disensos? Presionando, gritando, explicando, callando, bajando los brazos, embarcándonos en monólogos? ¿cómo nos comunicamos? ¿De frente o por detrás?

¿Nos respetamos? ¿Nos apreciamos? ¿Nos sentimos complementarios?

Quiera D’s que esta lectura semanal de la Torá no nos hable sólo de una rebelión en el desierto hace 3.500 años, sino también nos confronte con  la problemática de la comunicación y la naturaleza del disenso.

Quiera D’s que sepamos elegir entablar controversias creativas, y fructíferas, que no nos hagan ahogarnos en nuestro propio ego, y nos permitan reconocer que buscamos encontrarnos con algo más que nosotros mismos, con otros seres humanos, con otras luces, con otros brillos, que nos regalen alas de sabiduría y sensibilidad para volar más alto, y tal vez, encontrar el cielo.

Shabat Shalom,
Rabino Darío Feiguin
Congregación B´nei Israel, Costa Rica

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