Bereshit - Génesis Bereshit 28:10 – 32:3
Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la parashá de la semana
Rabino Joshua Kullcok
Comunidad Hebrea de Guadalajara, México
Comunidad Hebrea de Guadalajara, México
“Salió Iaacob de Beer Sheva y fue hacia Jarán. Se encontró con el lugar y pernoctó allí, pues el sol se había puesto; tomó de las piedras del lugar y las dispuso debajo de su cabeza y se acostó en el lugar aquel” (Génesis 28:10-11)
Parashat Vaietzé nos introduce definitivamente en la vida adulta de nuestro tercer patriarca, Iaacob. Nuestra Parashá sigue con la historia lógica que había concluido en la Parashá pasada, y nos cuenta acerca de la salida de Iaacob de su casa, y su ida hacia Jarán, hogar de su abuelo Abraham, y también de su madre, Rivká. Y lo más interesante de esta historia, es que solo a 3 versículos de haber empezado con la Parashá, el texto nos presenta el primer sueño que aparece en la Torá. Allí aparece: “Y él soñó: Y he aquí que había una escalera afirmada sobre la tierra y su cabezal llegaba hasta los cielos y he aquí que los enviados de Elohim ascendían y descendían por ella” (Génesis 28:12). Esta visión de la escalera ha sido objeto de innumerables interpretaciones, a través de generaciones de exégetas e intérpretes. Parecería que cada generación la entiende y la interpreta vista desde su propio peldaño, y parecería también, que cada generación agrega su propio peldaño, cuyo número no figura en la Torá.
Para algunos comentaristas, esta escalera es el límite entre la tierra de Israel y el resto del mundo y, por lo tanto, los emisarios de Ds asignados para custodiar a Iaacob en la tierra prometida ascienden por la escalera mientras que otros tomarán su lugar para acompañar a Iaacob durante su largo exilio. Según otros comentarios, esta escalera demuestra que los eventos que suceden en la tierra dependen de la decisión del Ds de las alturas (y viceversa) y es como si fuera que esta escalera está entre ambos mundos y los emisarios de Ds transitan a través de ella, en ambos sentidos, para cumplir con el mandato divino. Una tercera corriente, afirma que los ángeles representan el saber en todas sus facetas, que incluye el conocimiento de Ds, y que la persona debe elevarse a través de sus conocimientos hasta llegar a Ds, ya que una vez en lo alto del pensamiento y del conocimiento se podrá divisar la profundidad de la existencia, regresando a la misma con una comprensión total de ésta.
Como podemos observar, en toda época y lugar, se intentó dar una explicación acerca del primer sueño de Iaacob. Debemos recordar que los sueños serán una parte fundamental en la vida del hijo más amado por Iaacob, Iosef, ya que él tendrá la capacidad de soñar, y de poder descifrar y explicar tanto sus propios sueños como los ajenos.
Pero ahora vayamos más allá del sueño, vayamos a la reacción que tiene Iaacob después del sueño y la promesa por parte de Ds, ya que al igual que con su padre y su abuelo, se hace acreedor de la bendición de que de su simiente nacerá un pueblo que será “cual polvo de la tierra”.
Frente a este sueño y a esta promesa, Iaacob se levanta, y formula la siguiente aclamación: “Si Elohim habrá de estar conmigo y habrá de protegerme en esta senda, en la cual yo estoy encaminado y habrá de darme pan para comer y ropa para vestir. Y volviere yo en paz a la casa de mi padre y será Ad-nai para mí, mi Ds” (Génesis 28:20-21).
El voto formulado por Iaacob significa que si el sueño revelado se convierte en realidad y ocurre todo lo que se ve y se escucha allí, él, en agradecimiento, consagrará a Ds todo cuanto a él pertenecía. Por otra parte, Iaacob, prácticamente desposeído, en este momento, pondrá al servicio de D’s no solamente su espíritu sino también sus bienes materiales, y el trabajo producto de sus buenas acciones.
Estos versículos en los cuales aparece el voto de Iaacob, nos enseñan que debemos aspirar a imitar la acción divina, y por lo tanto debemos vestir al desnudo y alimentar al que tiene hambre. “Creó Elohim al hombre a su imagen y semejanza” leemos en la primera parashá de la Torá, y es por esta razón que debemos hacer todo lo que esté al alcance de nuestras manos para poder llegar a desarrollar una vida que nos llene de sentido.
Todo el trabajo está en nuestras manos, y queda en nosotros aceptar la responsabilidad que esto implica.
Parashat Vaietzé nos introduce definitivamente en la vida adulta de nuestro tercer patriarca, Iaacob. Nuestra Parashá sigue con la historia lógica que había concluido en la Parashá pasada, y nos cuenta acerca de la salida de Iaacob de su casa, y su ida hacia Jarán, hogar de su abuelo Abraham, y también de su madre, Rivká. Y lo más interesante de esta historia, es que solo a 3 versículos de haber empezado con la Parashá, el texto nos presenta el primer sueño que aparece en la Torá. Allí aparece: “Y él soñó: Y he aquí que había una escalera afirmada sobre la tierra y su cabezal llegaba hasta los cielos y he aquí que los enviados de Elohim ascendían y descendían por ella” (Génesis 28:12). Esta visión de la escalera ha sido objeto de innumerables interpretaciones, a través de generaciones de exégetas e intérpretes. Parecería que cada generación la entiende y la interpreta vista desde su propio peldaño, y parecería también, que cada generación agrega su propio peldaño, cuyo número no figura en la Torá.
Para algunos comentaristas, esta escalera es el límite entre la tierra de Israel y el resto del mundo y, por lo tanto, los emisarios de Ds asignados para custodiar a Iaacob en la tierra prometida ascienden por la escalera mientras que otros tomarán su lugar para acompañar a Iaacob durante su largo exilio. Según otros comentarios, esta escalera demuestra que los eventos que suceden en la tierra dependen de la decisión del Ds de las alturas (y viceversa) y es como si fuera que esta escalera está entre ambos mundos y los emisarios de Ds transitan a través de ella, en ambos sentidos, para cumplir con el mandato divino. Una tercera corriente, afirma que los ángeles representan el saber en todas sus facetas, que incluye el conocimiento de Ds, y que la persona debe elevarse a través de sus conocimientos hasta llegar a Ds, ya que una vez en lo alto del pensamiento y del conocimiento se podrá divisar la profundidad de la existencia, regresando a la misma con una comprensión total de ésta.
Como podemos observar, en toda época y lugar, se intentó dar una explicación acerca del primer sueño de Iaacob. Debemos recordar que los sueños serán una parte fundamental en la vida del hijo más amado por Iaacob, Iosef, ya que él tendrá la capacidad de soñar, y de poder descifrar y explicar tanto sus propios sueños como los ajenos.
Pero ahora vayamos más allá del sueño, vayamos a la reacción que tiene Iaacob después del sueño y la promesa por parte de Ds, ya que al igual que con su padre y su abuelo, se hace acreedor de la bendición de que de su simiente nacerá un pueblo que será “cual polvo de la tierra”.
Frente a este sueño y a esta promesa, Iaacob se levanta, y formula la siguiente aclamación: “Si Elohim habrá de estar conmigo y habrá de protegerme en esta senda, en la cual yo estoy encaminado y habrá de darme pan para comer y ropa para vestir. Y volviere yo en paz a la casa de mi padre y será Ad-nai para mí, mi Ds” (Génesis 28:20-21).
El voto formulado por Iaacob significa que si el sueño revelado se convierte en realidad y ocurre todo lo que se ve y se escucha allí, él, en agradecimiento, consagrará a Ds todo cuanto a él pertenecía. Por otra parte, Iaacob, prácticamente desposeído, en este momento, pondrá al servicio de D’s no solamente su espíritu sino también sus bienes materiales, y el trabajo producto de sus buenas acciones.
Estos versículos en los cuales aparece el voto de Iaacob, nos enseñan que debemos aspirar a imitar la acción divina, y por lo tanto debemos vestir al desnudo y alimentar al que tiene hambre. “Creó Elohim al hombre a su imagen y semejanza” leemos en la primera parashá de la Torá, y es por esta razón que debemos hacer todo lo que esté al alcance de nuestras manos para poder llegar a desarrollar una vida que nos llene de sentido.
Todo el trabajo está en nuestras manos, y queda en nosotros aceptar la responsabilidad que esto implica.
Shabat Shalom
Rabino Joshua Kullock
Rabino Joshua Kullock
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