jueves, 26 de agosto de 2010

Parashat Ki Tavo

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la parashá de la semana
Devarim – Deuteronómio 26:1-29:8
Rabina Daniela Szuster
Congregación B´nei Israel
Costa Rica


Piedras como obstáculos o facilitadores de luz, nacimiento, vida y sueños
      
En un fragmento de la parashá de esta semana, Moshé y los ancianos, ordenaron al pueblo que erigan grandes piedras y escriban en ellas todas las palabras de la Torá al entrar a la tierra de Israel (Devarim 27:1-3). En diferentes fuentes de la Torá y en otros libros clásicos judíos, podemos encontrar el valor especial que presentan las piedras. Es un objeto utilizado de diferentes maneras y con simbolismos diversos. A continuación, les presentaré algunos ejemplos.



      El primer ejemplo proviene del Talmud. Cuenta un Midrash, que luego que D"s creó el mundo y que el primer Shabat transcurrió, el primer hombre tomó unas piedras el sábado por la noche y con ellas prendió fuego. Éste lo bendijo como nosotros lo bendecimos en cada ceremonia de Havdalá al finalizar el Shabat.

      Con unas piedras Adam pudo encender fuego, que es el símbolo del primer trabajo y de la creatividad humana. Ésta fue la primera acción que el hombre realizó a partir de la naturaleza creada por D"s. De un elemento simple  y tan poco atractivo, puede surgir el fuego que nos da luz y calor.

      El segundo ejemplo lo podemos encontrar en el libro de Bereshit: "Salió Iaakov de Beer Sheva y fue hacia Haran. Se encontró con el lugar y pernoctó allí, pues el sol se había puesto; tomó de las piedras del lugar y las dispuso debajo de su cabeza y se acostó en el lugar aquel. Y el soñó…" (Bereshit 28: 10-12). Iaakov tomó unas piedras y soñó. Las piedras son muy duras y en nada se parecen a nuestras confortables almohadas, pero a Iaakov le sirvieron para soñar. 

      El tercer ejemplo aparece en el libro de Shemot. "Dice Paró a las parturientas: cuando parteáreis a las hebreas, habréis mirar en el asiento de la parturienta: si fuere un hijo, matadlo, y si fuere una hija, que viva" (Shemot 1: 16).

      En el texto en hebreo no dice asiento de las parturientas sino "Abanim" que se traduce literalmente como piedras. Estas piedras servían de apoyo para las madres que daban a luz. Podríamos decir entonces que las piedras también posibilitan el nacimiento de una nueva vida.

      El cuarto y último ejemplo es el de las tablas de la ley. Dice en la Torá: "Dijo Adonai A Moshe: talla tú dos tablas de piedras como las primeras y yo escribiré sobre las tablas las palabras que estaban en las primeras, que quebraste" (Shemot 34: 1).  La piedra, aparentemente tan inerte y poco llamativa fue el material en que fueron hechas las tablas de la ley que D"s mismo escribió. El becerro de oro fue construido a partir del oro perteneciente al pueblo, en cambio las tablas de la ley no fueron hechas con oro ni otra piedra preciosa sino con una piedra simple y común. Quizás para evitar que el pueblo crea que lo valioso de las tablas era el material y no su mensaje.

      Es interesante cómo un elemento que muchas veces se lo describe como obstáculo y escollo, que se nos presenta en el camino causando tropiezos e incluso, caídas; se lo puede transformar en creatividad y luz como lo hizo el primer hombre, en sueños como lo hizo Iaakov, nacimiento como lo han hecho las parteras y parturientas y mensajes de vida como lo hizo Moshé.

      Quiera D"s que en este nuevo año que en pocas semanas comenzará, podamos transformar nuestras piedras, aquellas piedras que se nos interponen en el camino, en creatividad, luz, calor, sueños, nacimiento y Torá; como nos lo enseña nuestra tradición.

Shabat Shalom! 

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