Rabino Rami Pavolotzky
Congregación B´nei Israel, San José, Costa Rica
Las Haftarot de consuelo
Recordarán ustedes que durante los últimos tres shabatot leímos tres haftarot (la porción del libro de los Profetas) especiales, llamadas las tres haftarot de calamidad (“Tlata depuranuta”). Estas lecturas fueron elegidas por nuestros sabios por ser adecuadas al período de semi-duelo de tres semanas, que va desde el 17 de Tamuz hasta el 9 de Av, cuando recordamos la destrucción de los Templos de Jerusalén, entre otras desgracias.
Pues bien, después del ayuno de Tishá beav, comienza un nuevo período de siete semanas, durante las cuales en cada Shabat se lee una profecía del profeta Ieshaiau, Isaías. Este ciclo de haftarot es llamado "Shivá denejemata", las siete haftarot de consuelo, precisamente porque intentan llevar consuelo al pueblo de Israel, agobiado por los infortunios.
Este próximo Shabat, inmediatamente posterior a Tishá Beav, es llamado “Shabat Najamú” porque la Haftará especial que leemos comienza diciendo "Najamú, najamú amí", "Consolad, consolad a mi pueblo".
Es interesante destacar que desde la lectura de Bereshit y hasta el 17 de Tamuz, todas las haftarot fueron seleccionadas por nuestros sabios por su relación con la parashá de la semana correspondiente. Sin embargo, las doce haftarot que siguen no tienen relación con la parashá, sino que su tema está relacionado con el calendario: tres de calamidad, siete de consuelo y dos de arrepentimiento (Tur Oraj Jaim 428).
Ahora que comenzamos a leer las siete haftarot de consuelo, podemos preguntarnos porqué fueron elegidos estos textos y cuál es el principio de ordenamiento. Al leerlas, notaremos que son siete lecturas magistrales de la parte final del libro de Isaías, que transmiten poéticamente el sentimiento de consuelo de manera única y sublime. Si bien como acabamos de decir, estas haftarot no guardan relación con la parashá de la semana, hay quienes intentan de todas formas descubrir algún tipo de nexo (ver por ejemplo Iehuda Shvaib, Bein haftará laparashá, ed. Rubén, Jerusalén, 2000, pags. 199-202).
Sobre el principio de ordenamiento, los tosafistas (Meguilá 31) explican que los textos fueron elegidos de manera tal que de destacar que el consuelo debe darse gradualmente. Otra posible explicación (traída en el Abudraham) reconstruye creativamente un diálogo imaginario entre Dios y el pueblo de Israel, a partir del primer versículo de cada una de las siete haftarot. Por ejemplo, primeramente Dios le dice a los profetas “Consolad, consolad a mi pueblo…”, y el pueblo responde “Dijo Tzión, Dios me ha abandonado…” (así comienza la segunda haftará), como si se quejara al ver que no es Dios mismo quien lo va a consolar.
Más allá de estos interesantes aspectos técnicos, quizás también podamos aprender algunas lecciones de la manera en que fueron seleccionadas estas haftarot y sus correspondientes períodos. Por empezar, aprendemos que después del duelo siempre viene el consuelo, después de la destrucción el renacimiento, después de la desgracia la sonrisa de la nueva vida. Como seres humanos, estamos destinados a pasar por períodos de tristeza y alegría, de muerte y renacimiento. El calendario judío nos enseña que después de la tormenta siempre vuelve a salir el sol, solo hay que armarse de paciencia y vivir con sabiduría, la vida siempre nos regala momentos de felicidad.
Otra lección importante proviene del hecho de que mientras que solo hay tres haftarot de infortunio, existen siete haftarot de consuelo. Mientras que una desgracia puede producirse en poco tiempo, sanar las heridas corporales o espirituales producidas por tal desgracia suele llevar mucho más tiempo. Es importante saber concederse el tiempo necesario para “elaborar el duelo” correctamente, y poder seguir adelante en el camino de la vida.
Con mis mejores deseos de najamá, de consuelo, para todos,
Shabat Shalom,
Rabino Rami Pavolotzky
Congregación B´nei Israel
San José, Costa Rica
Cuáles son las siete haftarot de consuelo que se tienen que leer de éste shabbat hasta shabbat teruáh
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