Rabina Daniela Szuster
Congregación B´nei Israel, San José, Costa Rica
Iosef: un hombre talentoso y humilde
Tanto en la parashá de la semana pasada, Vaieshev, como en la de esta semana, Miketz, se nos muestra a Iosef como un joven soñador, y a la vez, un hombre capaz de interpretar apropiadamente los sueños de los demás. ¡Sería un buen psicoanalista en nuestro tiempo!
Cada vez que alguien le pedía resolver sus sueños confusos, Iosef aceptaba con la condición que entendieran que la interpretación no provenía netamente de él, sino de D”s.
Es interesante que esto lo expresó más de una vez. Por ejemplo, dice la Torá que Iosef les dijo al copero y al panadero, cuando le consultaron acerca de sus sueños: “Ciertamente a Elohim pertenecen las interpretaciones” (Bereshit 40:8).
Cuando el Faraón se acercó a preguntar por su sueño, Iosef le respondió: “¡No está en mí! ¡Elohim habrá de responder por la quietud de Paró “ (Bereshit 41:16).
Analizando la vida de Iosef, es interesante que, si bien siempre menciona que sus palabras provienen de D”s, en realidad no hay ninguna mención que D”s haya dialogado con él, como sí lo hizo con los patriarcas. Sin embargo, sin haberse comunicado directamente, tuvo una fe y convicción en D”s increíble. Quizás a causa de todo lo que le tocó vivir, tantos ascensos y descensos, desolación, soledad y sufrimiento, es lo que le facilitó desarrollar una vida espiritual muy profunda y una fuerte fe en el creador.
Además de haber sido un hombre de fe, vemos en Iosef una persona sumamente humilde. A partir del relato de la Torá podemos percibir que era un hombre talentoso, inteligente, perspicaz, sin embargo, él no lo admite en ningún momento, siempre resalta que todas sus palabras provienen de D”s.
Hoy en día, vemos continuamente en personas que ocupan cargos destacados, en diferentes ámbitos de la sociedad, actitudes vanidosas, engreídas, vanas y orgullosas. Es realmente un gran desafío ocupar un lugar de poder y, a la vez, mantener una actitud de humildad. Iosef mantuvo esta actitud durante toda su vida. Como mencionaba anteriormente, quizás el hecho de vivir tanto tiempo en un pozo o en un calabozo, lo llevó a apreciar el mundo y mantener una cualidad de humildad, pudiendo distinguir entre lo vano e importante de la vida.
Es probable que esta posición de humildad, al ascender en cada cargo que tuvo, fue parte del éxito de sus progresos.
Hay una frase muy sabia en el Talmud que dice: “El honor huye de aquél que corre tras él y persigue al que huye de él” (Talmud Babli Erubin 13b). Iosef huía de los honores, no los consideraba producto de sus méritos y quizás, por este mismo motivo, es que recibió tantos honores en su vida.
Sin duda, Iosef, fue un hombre recto, fiel y humilde. Estos valores lo ayudaron a sobrevivir los más terribles sufrimientos.
Quiera D”s podamos también nosotros, en esta era a veces egoísta, vanidosa y engreída, seguir el camino que Iosef tomó para su vida.
¡Shabat Shalom! ¡Jag Haurim Saméaj!
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