viernes, 7 de mayo de 2010

Parashiot Behar-Bejukotai

Levítico 25:1-27:34
Haftarah: Jeremias 16:19 - 17:14

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la parashá de la semana

Rabino Rami Pavolotzky.
Congregación B´nei Israel
San José, Costa Rica

Un antiguo precepto, un mensaje moderno

Gran parte de Parashat Behar, la primera de las dos que leemos esta semana, está dedicada al tema del año sabático, shnat shmitá. ¿En qué consistía este precepto? Todos los campos de la tierra de Israel debían ser trabajados durante seis años con normalidad. Sin embargo, el séptimo año era declarado año sabático y quedaba prohibido trabajar la tierra. Era un año en el que uno debía disfrutar de lo que la tierra brindaba naturalmente, no de lo que el hombre produce con su trabajo.


Durante el año sabático todas las personas relacionadas con la labor del campo debían descansar: el dueño, los esclavos, los trabajadores, los animales… y por supuesto la tierra misma. En ese año, virtualmente no existía la propiedad privada, sino que todos podían acceder libremente a los frutos del campo. No había jefes ni esclavos.

Hoy en día es para nosotros muy difícil cumplir con la mitzvá del año sabático, ya que solo se observa en la tierra de Israel y bajo condiciones muy diferentes a las de los tiempos bíblicos. Sin embargo, los ideales que podemos aprender de este precepto siguen estando vigentes para nuestros días, como intentaré mostrar a continuación.

Por empezar, la idea del año sabático conlleva un mensaje social muy claro, ya que las personas más ricas se alimentaban durante el séptimo año de la misma forma que lo hacían las más pobres. En cierto sentido, durante shnat shmitá se borraban las diferencias sociales. No había ricos y pobres, dueños y trabajadores, sino que todos estaban a la misma altura social. Todos dependían de la bendición del fruto de la tierra. Todos los hombres quedaban igualados socialmente ante la misericordia del Creador.

Segundo, este era un año en el cual se podía comer lo que espontáneamente brindaba la tierra, pero no se podía sembrar ni acopiar. Era un año en el cual estaba prohibido incrementar las ganancias. Este es un poderoso mensaje que la Torá nos transmite en contra del materialismo que hoy domina buena parte del mundo. A diario vemos gente que no está dispuesta a dar ni una hora de su vida personal para dedicar a la familia, a los amigos o a ellos mismos, ya que la sociedad los impulsa a tener más, a atesorar más y más. Imaginen si una persona así viviera en los tiempos bíblicos y… ¡estuviera obligada a pasar un año entero sin tener ganancias! La idea del año sabático se opone rotundamente al materialismo moderno.

Por último, el año sabático era un año en el cual, como mencioné más arriba, todos tenían descanso, desde el más pobre hasta el más rico. Según el comentarista Ibn Ezra, esto permitía que todo el mundo pudiera dedicarse al estudio de la Torá, a desarrollar sus capacidades espirituales. Yo agregaría que el tiempo libre le permitía al hombre bíblico dedicar un año entero a compartir con la gente que amaba, a cultivar el espíritu, a pensar en su propia existencia y en las preguntas fundamentales del ser humano. No era algo optativo, era una obligación religiosa, como por ejemplo lo es el shabat hasta el día de hoy. En shabat también estamos obligados a no trabajar, a estar con la familia, a dedicarnos a estudiar y pensar, comer, beber y disfrutar durante todo un día.

El precepto de shnat shmita nos transmite un mensaje vibrante y actual, un mensaje que confronta varios de los pilares culturales de las sociedades modernas. En resumidas cuentas, la Torá nos recomienda que:

  • debemos intentar tener una sociedad más justa, con menos desigualdades sociales.
  • es bueno trabajar para asegurar un bienestar económico que nos dé acceso a la educación, salud, esparcimiento, etc., pero deberíamos tener un límite en nuestras ansias de aumentar nuestra riqueza. El objetivo de nuestra vida no puede ser sólo acumular y tener más. La vida se nos escurre de las manos mientras nos dedicamos a incrementar nuestro patrimonio.
  • deberíamos intentar liberar un poco del tiempo que le dedicamos al trabajo diario, conformarnos con un poco menos y dedicar más tiempo a las cosas que son realmente importantes en esta vida: los afectos, la familia, los amigos, ayudar al prójimo, estudiar, reflexionar, tratar de conocernos un poco mejor.

Shabat Shalom

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