jueves, 15 de agosto de 2013

Ki Tetzé 5773

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la parashá de la semana

Rabino Lic. Daniel A. Kripper
Beth Israel - Aruba



El tema inicial de la Parasha, que le da el nombre, habla de la contingencia de una guerra contra un enemigo externo, pero nuestros sabios descubren en ella una alusión a las fuerzas que se interponen en el camino de nuestra realización. 

Durante este tiempo de preparación para los Yamim Noraim, nuestra tradición nos instruye a realizar un tipo de balance espiritual de nosotros mismos, conocido como jeshbón nefesh. Reflexionamos sobre el año que pasó, repasamos nuestras faltas, y concentramos nuestra energía en cómo podemos mejorar en el próximo año, por encima de las tendencias negativas que anidan en nuestro interior.

Si bien la mayoría de nosotros hemos errado muchas veces y de muchas maneras, el rabino Shraga Simmons nos advierte en contra de intentar cambiar en exceso y demasiado rápido. Él sugiere: "No trates de conquistar demasiadas cosas a la vez, ya que puede ser demasiado abrumador. En cambio, elige las áreas que toquen más de cerca la raíz de tus problemas. Esto podrá sin duda coadyuvar en el proceso de teshuvá (retorno)".

Asímismo, así como examinamos y nos proponemos enmendar nuestras faltas, también debemos reconocer y construir sobre nuestras fortalezas y acciones positivas. Esto puede ayudarnos a avanzar en dicho camino con mayor confianza.

A continuación sugiero una oración que afirma nuestros actos positivos del año pasado, a modo de suplemento al tradicional "al jet" o recitación de nuestras transgresiones en Iom Kipur. Al concentrarnos y reconocer tanto nuestras fallas como nuestros logros morales y espirituales, podremos estar en mejores condiciones de realizar un progreso significativo en el próximo nuevo año.

Reconocemos ahora de los actos positivos a través de los cuales acercamos al mundo a su perfección, los actos de reparación que hacen de lo divino una influencia efectiva en nuestras vidas:

Al ha-tikún shetikánu lefaneja. . .
Por el acto positivo que hemos hecho abiertamente o de forma anónima, y por el acto de reparación que hemos practicado sin una ganancia personal.
Por el acto positivo que hemos hecho a través de la búsqueda del perdón, y por la acción de reparación que hemos practicado al perdonar a los demás.
Por el acto positivo que hemos hecho a través de donaciones justas, y por el acto de reparación que hemos practicado al abrir nuestros corazones.
Por el acto positivo que hemos hecho al consolar a los dolientes y visitar a los enfermos, y por el acto de reparación que hemos practicado actuando con justicia y equidad.
Por el acto positivo hemos hecho al promover la paz entre una persona y su prójimo, y por el acto de reparación que hemos practicado en favor de naturaleza y todas sus criaturas
Por el acto positivo que hemos hecho al enseñar a nuestros hijos los caminos de la paz, y por el acto de reparación que hemos practicado al orientarlos en los caminos de la Torá.
Por el acto positivo que hemos hecho al honrar a los ancianos y amar al extranjero.
Por todos los actos positivos que hemos hecho en respuesta al mandato divino: escoger la Vida y la Bendición.
Rabino Daniel A. Kripper

Basado en una idea del Rabino Dan Fink

No hay comentarios:

Publicar un comentario