jueves, 1 de agosto de 2013

Reé 5773

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la parashá de la semana

Rabino Gustavo Kraselnik
Kol Shearith Israel - Panamá

El momento central de la celebración de un Bar o Bat Mitzvá se manifiesta cuando el/la joven sube por primera vez a leer de la Torá. Más allá de todas las otras expresiones y tradiciones propias de este rito de pasaje, el ser convocado frente a su familia y su congregación, a cumplir una responsabilidad limitada solo a las personas adultas, encierra la trascendencia de la experiencia.

Después de cumplir con la lectura de la Torá, con las respectivas bendiciones -anterior y posterior – incluidas, se acostumbra a recitar sobre el/la joven el “Mi Sheberaj”, una invocación que comienza con esas palabras (Mi Sheberaj Avoteinu - El que bendijo a nuestros antepasados) y en la cual se le pide a Dios que extienda sus bendiciones.

En realidad al Mi Sheberaj, como recurso litúrgico, se lo utiliza con fines varios (en honor a aquel que subió a la Torá, por la sanación de los enfermos, para poner el nombre a una niña, etc.). La primera mención que tenemos data del Majzor Vitri (Francia, siglo XIII) y es el Mi Sheberaj por el bienestar de la congregación, texto que se sigue utilizando en nuestros días.

Volviendo al Mi Sheberaj del Bar/Bat Mitzvá lo que más me sorprende es que en el texto más conocido (existen distintas versiones) contiene una anomalía en cuanto a su estructura.

Como cualquier Mi Sheberaj, comienza con la bendición sobre la persona a quien va destinado (en este caso  el/la joven), después se dirige a sus padres (“que tengan la dicha de verlo ingresar a la Jupá del matrimonio y a una vida de buenas acciones”) y cuando pensamos que debería concluir, regresa al Bar/Bat Mitzvá con las palabras “Venimtzá Jen Vesejel Tov Beeinei Elohim Vaadam”, “Que pueda hallar gracia y comprensión a los ojos de Dios y a los ojos de los hombres”.

¿Qué significa esta última frase que amerite incluirla de manera “extemporal” en el Misheberaj? Comencemos por decir que también aparece en el Birkat Hamazón, la bendición después de las comidas, y es casi idéntica a un versículo bíblico del libro de Mishlei (Proverbios, 3:4). Solo cambia la conjugación del verbo inicial.

El contenido encierra un concepto que en lo personal me resulta muy valioso. Si asumimos que la gracia y la comprensión se refieren a la esfera emocional y racional respectivamente, ambas reacciones deben ser parte de la dinámica relacional tanto en la dimensión divina como en la humana. En otras palabras, la plenitud requiere hallar gracia y compasión tanto a los ojos de Dios como de nuestros semejantes.

Esta asociación me surge a partir de una interesante discusión rabínica sobre un versículo de nuestra Parashá. Moisés en su larga despedida del pueblo vuelve a insistir con la importancia de la obediencia del pacto: “Escucha con cuidado todas estas palabras que te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, porque estarás haciendo lo que es bueno y justo delante de Adonai tu Dios.” (Deut. 12:28)

El Midrash (Sifre Devarim 79) se concentra en la diferencia entre “bueno” y “justo” y cita las opiniones de dos Tanaitas: “Bueno a los ojos del cielo y justo a los ojos de los hombres, es la opinión de Rabi Akiva. Rabi Ishmael dice: Justo a los ojos del cielo.”

Posiblemente una conclusión que nos puede dejar esta discrepancia rabínica, es aceptar que, en última instancia, necesitamos hacer lo bueno y lo justo tanto a los ojos de Dios como a los ojos de los hombres ya que pudiéramos esperar que ambas extensiones coincidan o mejor aún, se complementen en la apreciación de nuestro accionar. Como dice el versículo de Proverbios:   Hallar gracia y comprensión a los ojos de Dios y a los ojos de los hombres. (Y, el nexo, es la clave.)

Quizás el puente entre Rabi Akiva y Rabi Ishmael pudo haber sido tendido por un contemporáneo de ambos, Rabi Janiná ben Dosá, quien enseña: “Todo aquel que es agradable a sus semejantes, también lo es a Dios, aquel que no es agradable a sus semejantes, tampoco lo es a Dios.” (Pirkei Avot 3:12)

Shabat Shalom

Gustavo

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