Rabino Rami Pavolotzky
Congregación B´nei Israel
San José, Costa Rica
SHELAJ LEJÁ 5774
Dos tipos de llantos
La parashá de esta semana narra la famosa historia de los espías. Moshé envía un representante de cada tribu a recorrer la tierra de Israel, para sacar conclusiones valiosas para la futura conquista de la misma. A su regreso, dos de los doce espías hacen un reporte positivo, pero los otros diez dan un informe sumamente negativo con respecto a los habitantes de esa tierra, diciendo que de ninguna manera Israel podrá vencerlos. Estas palabras desmoralizan a todo el pueblo, lo que produce una crisis de grandes dimensiones. Este es uno de los episodios más amargos de la historia bíblica de la travesía del pueblo de Israel por el desierto.
La Torá cuenta que cuando el pueblo escuchó que ellos no podrían vencer al enemigo, desearon no haber salido nunca de Egipto. Una de las manifestaciones de su enorme descontento es llorar amargamente (Bemidvar 14:1). Según la tradición, ese día era el nueve de Av, el mismo día en el que fueron destruidos los dos Templos de Jerusalén, muchos cientos de años después.
Un Midrash cuenta que cuando D”s escuchó al pueblo llorar con ingratitud, exclamó: atem bejitem bejia shel jinam, va-ani kobea lajem bejia le-dorot, es decir, “ustedes lloraron un llanto en vano, pues yo les decreto un llanto por generaciones”. Rabí Iojanán, quien enseñó este midrash, posiblemente quiere explicar que D”s eligió al 9 de Av como el día en que serían destruidos los Templos, en recuerdo del día en que el pueblo no quiso entrar a la tierra de Israel. Un llanto verdadero reemplazaría a un llanto gratuito.
Personalmente, no me agrada demasiado la teología que sirve de base a este midrash, la cual sugiere que D”s puede vengarse del pueblo de Israel de una manera tan dura, e incluso hasta parece disfrutarlo. Pero más allá de eso, me parece muy interesante la idea de los dos llantos, el llanto en vano y el llanto “justificado”, si me permiten la expresión. Creo que podemos aprender algo relevante de estas dos formas de quejarse.
Todos vivimos vidas que tienen momentos alegres y tristes. A todos nos toca reír y llorar, disfrutar y sufrir. De eso nadie se escapa. Sin embargo, muchas veces lloramos sin necesidad. Ante problemas cotidianos no tan serios reaccionamos en forma desmedida, nos ponemos furiosos, nos quejamos y pataleamos. Posiblemente la mayoría de las veces que lo hacemos, exageramos el enojo. De esta forma logramos arruinarnos el día, elevamos nuestro estrés y ansiedad, debilitamos nuestra salud y, además de todo, contagiamos nuestro malestar a nuestra familia y amigos, que nada tienen que ver. Por si esto fuera poco, el problema que motivó nuestro enojo es mucho más difícil de resolver cuando nos ponemos de tan mal humor.
Afortunadamente, D”s no decreta para nosotros tristeza ni llanto cada vez que nos quejamos sin razón… ¡aunque a veces realmente lo mereceríamos! Simplemente, después de unas horas o días, se nos pasa un poco el enojo y la vida continúa. Creo que a un nivel más personal, deberíamos aprender de este midrash que los llantos gratuitos son evitables. Que si tenemos o desarrollamos la capacidad de contener un poco nuestra ira y enojo, y evaluamos correctamente la dimensión real de los problemas que se nos presentan, podríamos evitarnos muchos de estos malos ratos, a nosotros y a quienes nos quieren. Después de todo, la gran mayoría de los problemas que se nos presentan en la vida tiene solución, mientras que lo verdaderamente importante, los afectos y el bienestar de quienes nos rodean, son únicos e irrepetibles. ¡A veces sirve contar hasta diez antes de reaccionar!
Nuestros antepasados, según el midrash, lloraron un llanto gratuito, que nunca debió haberse producido. Ese llanto les produjo graves consecuencias, o por lo menos podríamos decir que les dejó una cicatriz indeleble. Ojalá nosotros podamos aprender cuáles son los llantos que sí debemos llorar, y cuáles otros, ¡la gran mayoría!, son provocados por problemas que no vale la pena tomarse tan en serio.
Rabino Rami Pavolotzky
Congregación B´nei Israel
San José, Costa Rica
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