jueves, 23 de julio de 2015

Devarim - Shabat Jazón 5775

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la parashá de la semana Rabino

Rabino Lic. Daniel A. Kripper
Beth Israel - Aruba

El Libro de Devarim o Deuteronomio contiene los últimos discursos de Moisés antes de su partida de este mundo. Cuarenta años pasaron ya desde que los Hijos de Israel salieron de Egipto.

Próximos a atravesar el Jordán en camino hacia la Tierra Prometida, Moisés toma conciencia de que el final de su carrera está cerca.

Un tiempo atrás se le había comunicado que él no ingresaría en dicha tierra soñada, y que su sucesor sería el responsable de guiar al pueblo en la próxima etapa de su devenir histórico.

Consecuentemente Moisés aprovecha esas preciosas horas  finales para aconsejar a quienes proseguirían camino, y brindarles orientaciones de vida para un futuro venturoso.

Él les recuerda acerca del largo y arduo andar a través del desierto por los 40 años, siendo que al final la  distancia a cubrir no era tan significativa, y cuanto mucho podría haber durado sólo unas pocas semanas.

¿Qué es lo que causó la innecesaria demora? ¿Qué fue lo que falló?

Según este discurso de Moisés, fue el episodio de los espías el factor determinante en la tediosa e interminable prolongación de la travesía. Al recapitular dicha historia, Moisés trata de alertar a las jóvenes generaciones frente a los futuros desafíos que tienen por delante.

Él les recuerda cómo los 12 príncipes, jefes de las tribus, fueron enviados a la Tierra Prometida en misión de reconocimiento, y traer a posteriori un informe de su exploración.

En su recorrida por el país ellos enfatizaron las ciudades fuertemente fortificadas, los poderosos ejércitos del enemigo y la corpulencia impresionante de los habitantes.

En base a este parecer, la conclusión que se imponía era pues que el pueblo de Israel no estaba en condiciones de conquistar la Tierra. De ese modo lograron infundir un miedo y gran desánimo en el seno del pueblo, que casi termina socavando la gloriosa campaña que comenzó con el Éxodo de Egipto.

Moisés les recuerda una y otra vez que la fortaleza de Israel no radica en su poderío físico o en sus fuerzas militares.

En tiempos antiguos Israel no podía competir militarmente con naciones como los asirios, los caldeos, los babilonios, los griegos y los romanos. Su poder militar era ostensiblemente inferior, sin embargo logró sobrevivir los avatares de la historia por su tenacidad y firmeza moral, y por su apego a los valores espirituales de tu tradición secular.

De este modo el incidente de los exploradores deja de ser un capítulo más en la larga travesía por el desierto, para convertirse, en la prédica de Moisés, en un paradigma de fidelidad, y promesa de continuidad eterna.

Rabino Daniel Kripper

Beth Israel Aruba

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