jueves, 31 de diciembre de 2015

Shemot 5776

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Gustavo Kraselnik

Congregación Kol Shearith Israel, Panamá

El cambio de dinastía en Egipto trajo como consecuencia previsible un reacomodamiento en las alianzas políticas. Los israelitas, privilegiados del régimen derrocado, pasaron a ser considerados una amenaza para el futuro de la nación. De allí la decisión del Faraón de someterlos a fuertes trabajos primero y luego intentar diezmarlos a partir del  exterminio de los bebes varones al momento de nacer.

Sin embargo este intento fracasa gracias a dos heroínas casi anónimas (digo casi porque la Torá nos dice sus nombres - Shifra y Púa - pero nada más sobre ellas) que en un comprometido acto de desobediencia civil - de los más antiguos  que se tenga registro - no aceptan las indicaciones dadas por Faraón.

Son sólo 7 versículos (Ex. 1:15-21) en los cuales la Torá nos describe la orden de Faraón a las parteras, su indisciplina pues tenían “temor a Dios”, (que  representa la conciencia moral, véase por ejemplo las palabras de Abraham en Gn. 20:11 y las de Iosef en Id. 42:18) la explicación que le dan a Faraón por el incumplimiento y la recompensa de Dios por su labor.

Tras ese fracaso, Faraón cambia de estrategia y ordena a los egipcios arrojar al Nilo a todo bebé varón de los israelitas, marcando así el contexto para el nacimiento de Moisés.

Volvamos a Shifra y Púa nuestras heroínas. ¿Quiénes eran? ¿Qué sabemos de ellas? Sus nombres no vuelven a aparecer en toda la Biblia pero su valiente actitud no puede pasar desapercibida para el Midrash y los comentaristas clásicos.

Uno de las claves para tratar de saber más sobre ellas radica en la interpretación del versículo inicial de nuestra historia: El rey de Egipto habla a las MEIALDOT HAHIVRIOT que puede traducirse como “parteras hebreas” o “parteras de las hebreas” dependiendo si la primera palabra es sustantivo o verbo.

La diferencia no es menor ya que en el primer caso Shifra y Púa serían parte del pueblo judío mientras que en el segundo se trataría de egipcias encargadas de asistir a las señoras judías.

Entre los que afirman que se trata de parteras hebreas, (posiblemente la mayoría de los comentaristas)  más allá de consideraciones nacionales, la lógica indica que así como se usaba nodrizas hebreas para niños hebreos (Ex. 2:8-9) es de suponer que lo mismo ocurría con las parteras.

Además una fuerte línea interpretativa que aparece en el Talmud (Sota 11b) y que es citada por Rashi identifica a las parteras como Iojeved (Shifra) y Miriam (Púa) madre y hermana de Moisés. (Modestamente, creo que es apología exagerada)

Por el otro lado, fuentes tan antiguas como la Septuaginta (traducción de la Biblia al griego del siglo III AEC) y Flavio Josefo (Antigüedades de los Judíos, final del Siglo I EC) afirman que se trataba de parteras egipcias asignadas para atender a las parturientas hebreas. En este caso la explicación se basa por un lado en la expresión que aparece en la solicitud (Ex. 1:16). “Cuando estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz” y por el otro, el sentido común de que Faraón no pudiese dar una orden de ese tipo a parteras israelitas. En palabras de Flavio Josefo: “las parteras que, por ser compatriotas del rey, no infringirían sus órdenes”. (Ant. Libro I 9:2)

Personalmente me inclino más por esta última interpretación. Si bien en ambos casos hay un gran mérito por parte de Shifra y Púa de oponerse por razones de conciencia a cumplir el mandato de Faraón, el asumir que eran egipcias le da a la historia y su enseñanza un giro más significativo. 

La Torá podía haber prescindido de este relato ya que no altera la línea central de la narración. Sin embargo al incluirlo, nos trae una lección poderosa sobre el alcance y el significado de la autonomía y la responsabilidad individual. A la vez, nos da un testimonio de desobediencia legítima cuando estamos ante una situación que si bien es legal no necesariamente es ética.

Las parteras pudiesen haber cumplido la orden de Faraón escudándose en la obediencia debida a la autoridad, pero el temor a Dios y a sus conciencias las llevó a desafiar el mandato e incluso justificarse ante Faraón por lo (no) realizado.

Sin duda, muchos de los crímenes de lesa humanidad de los cuales hemos sido testigos (y seguimos siendo) en las últimas generaciones se hubieran podido evitar o al menos reducir en su impacto si quienes por sumisión u omisión hubiesen tenido la valentía de las parteras bíblicas.

Que pueda el ejemplo de Shifra y Púa ser de inspiración para nosotros Que podamos tener esa misma fortaleza para asumir nuestras decisiones y defender con dignidad y coraje nuestras convicciones.

Shabat Shalom
Gustavo

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