jueves, 20 de abril de 2017

Sheminí 5777

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Darío Feiguin
Congregación B´nei Israel, Costa Rica.

Parashat Sheminí: Kasher y Eco-Kasher

Esta semana leemos en la Torá los principios bíblicos de las leyes dietéticas judías que más tarde los rabinos en el Talmud convirtieron en Halajá, a saber: las leyes del Kashrut.

La palabra Kasher significa “apto”. Puede ser apto o no, no sólo aquello que nos metemos en la boca, sino también aquello que sale de la misma. Pueden ser kasher o no nuestras actitudes en la vida, nuestras posturas, nuestra indiferencia o apatía, nuestras relaciones interpersonales, etc.

En cuanto a la Kashrut de los alimentos, sabemos básicamente que:

1) Hay animales permitidos y otros prohibidos (pezuña hendida y rumiantes)

2) Los animales permitidos deben matarse de una manera singular y con especial cuidado por el sufrimiento del animal (Shejitá)

3) Comemos sólo pescados que tienen escamas y aletas.

4) No mezclamos Basar (carne) con Jalav (leche). Esperamos un tiempo entre comidas de diferente tipo.

5) Todo lo que no es carne o leche es Parve (neutro)
¿Es esto suficiente hoy en día para que nuestro consumo sea consciente, espiritual y Kasher?

Yo creo que no. Yo creo que hay al menos dos categorías que deberían considerarse hoy en día antes de consumir cualquier producto:

Lo orgánico y sustentable
Hoy en día nos deberíamos preguntar por el sufrimiento de los animales, aún matados por un Shojet en forma Kasher. Los pollos encerrados en jaulas atroces, a quienes les cortan el pico, les alteran su metabolismo a través del uso indiscriminado de luz artificial, los llenan de antibióticos y hormonas, ¿son suficientemente kasher para nosotros? ¿Y los huevos de esas gallinas? Yo creo que no. 

No es Kasher tratar así a los animales, que viven vidas cortas y miserables a cualquier ojo sensible, ni es kasher tampoco para nosotros meternos en el cuerpo toda esa porquería, que a la larga, nos enferma.

El salmón y otros pescados criados en piletones superpoblados que los estresan, también nutridos con materias primas de terror e inyectados con tinturas para que adquieran el color que naturalmente hubiesen tenido si se alimentan en mar abierto, ¿son kasher? Yo creo que no.

¿Nos acordamos del sabor de un tomate cultivado sin pesticidas? ¿O preferimos engañarnos a nosotros mismos consumiendo manzanas pintadas y enceradas y creyendo que como se ven lindas, también son buenas para nuestra nutrición y salud?

Hoy en día “Kasher” debe contemplar también lo orgánico y sustentable.

Lo justo
El otro elemento que para mí habría que agregar antes de certificar un producto como Kasher, es el de la justicia social.

Lo que consumimos, ¿es un producto que dignifica o que degrada nuestra condición humana?

El chocolate que comemos, ¿viene de la esclavitud infantil de la industria del cacao en Africa? Y si se que es así, ¿igual me parece Kasher?

El arroz que consumo, ¿viene del trabajo esclavo de un campesino que trabaja de sol a sol y recibe a cambio una miseria? Y si se que es así, ¿no me importa?

Hoy en día “Kasher” debe contemplar también los justo.

Lo que quisiera que pensemos este Shabat Sheminí, es también en la sensibilidad y el sentido más profundo que llevó a nuestros rabinos y maestros a desarrollar las normas del Kashrut. Tenemos que volver a enfocar, no sólo en los formalismos fríos de la ley, sino también en el Rúaj (espíritu) de esas leyes ancestrales fabulosas.


¡Shabat Shalom!
Rabino Darío Feiguin




B´nei Israel, Costa Rica.

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