Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana
Rabino Gustavo Kraselnik
Congregación Kol Shearith Israel, Panamá
De
las 79.977 palabras que conforman la Torá, solo una – que aparece en Parashat
Haazinu - está compuesta exclusivamente por una única letra.
El
versículo 6 del Cántico de despedida de Moisés (Deuteronomio capítulo 32), que
abarca los primeros 43 de los 52 versículos que conforman este parashá,
comienza con la palabra הֲ (“Ha” que
se traduce como “acaso”) y plantea en boca del líder una severa advertencia al
pueblo de Israel:
ה לה' תגמלו זאת עם נבל ולא חכם
¿Acaso
a Adonai vas a retribuir esto, pueblo vil y no sabio?
No sólo que la letra
ה va separada al inicio
del versículo sino que además el Talmud de Jerusalem (Meguilá 1:9) establece
que debe ser escrita en
tamaño mayor, de la altura de la letra
Lamed, la más alta del abecedario y así aparece en los rollos de la Torá.
El Midrash (Tanjuma Haazinu,
5) explica la particularidad de la letraה separada de la palabra siguiente, de manera
sumamente creativa. Afirma que es para marcar que allí finaliza la firma de
Moisés, autor del poema. Si tomamos la primera letra de cada uno de los 6
versos iniciales del poema, la suma de las mismas en Guematria (valor numérico
de las letras) es 245 que es el mismo valor del nombre de Moisés.
Rashi (Francia,
siglo XI) afirma que la expresión inicial del versículo “¿Acaso a Adonai vas a
retribuir esto?” implica asombro. Asombro por la actitud del pueblo de
revelarse contra Aquel que tiene el poder de castigarlos y quien además ha sido
el proveedor de todas sus bondades. En la misma línea de la sorpresa, aunque
por razones diferentes se apuntan el RaSHBaM (Rabi Shmuel ben Meir, nieto de
Rashi) y Jizkuni (Jizkia ben Manoaj, Francia, siglo XIII) quienes sostienen que
el cuestionamiento hace referencia a las practicas idólatras del pueblo de Israel.
Y luego Moisés llama
al pueblo “vil (Naval) y no sabio”. Rashi explica diciendo: “Un pueblo vil, que
ha olvidado todo lo que han hecho por él y no sabio, por no considerar las
consecuencias de sus acciones.” Por otra
parte, Abraham Ibn Ezra, (España, siglo XII) interpreta “vil en sus acciones y
no sabio en sus corazones” (que era considerado el centro del conocimiento).
Sin embargo, el
comentario que más me gustó es el del Jafetz Jaim (Rabi Israel Meir Kagan,
Europa Oriental 1839-1933), quien vincula estos dos conceptos con las
palabras del profeta Jeremías cuando dice: “a Mí me abandonaron y no guardaron Mi
ley, (16:11) y lo relaciona con el brillante pasaje del Talmud de Jerusalem (Jaguigá
1:7) en donde Dios dice: “Que me dejen a Mí pero que no abandonen mi Torá pues
al cumplir con las Mitzvot terminarán por regresar a Mi.” Por lo tanto, “Vil”
significa sin conocimiento de Dios y “no sabio”, sin la redentora sabiduría de
la Torá.
En su lectura,
Moisés advierte con asombro a sus contemporáneos por su ingratitud y su mayor
acto de rebeldía: convertirse en un pueblo ajeno a Dios y a la Torá.
¿Serán también para
nosotros las palabras de Moisés un llamado de atención?
Que en estos días de
Teshuvá (arrepentimiento) seamos capaces de renovar nuestra fe e incorporar a
Dios en la ecuación de nuestras vidas y que podamos mediante su estudio y
práctica hacer de la Torá nuestra fuente de guía e inspiración.
Un buen año. Que
seamos inscriptos y rubricados en el Libro de la Vida
Shabat Shalom y
Shaná Tová
Gustavo
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