Queridos amigos, invitado por la oficina latinoamericana del Joint estuve del 16 al 19 de enero en La Habana, Cuba, compartiendo con la comunidad judía de la isla. El motivo principal de la visita era participar en un Beit Din (Tribunal Rabínico) que después de un proceso de estudio de más de un año, permitiría la regularización de la situación de 21 judíos quienes pasarían a ser formalmente miembros del pueblo.
En lo personal, fue mi segunda vista a Cuba. La primera fue hace unos 6 años y transcurrió principalmente en Santiago de Cuba. En esta ocasión toda la actividad se desarrolló en el Patronato, la más grande de las tres sinagogas que hay en La Habana y la más importante del país.
Desde hace 20 años, el Joint viene apoyando sostenidamente programas de cooperación para ayudar al desarrollo de la vida judía en Cuba, ya sea mediante una representación permanente en la isla o bien mediante las visitas frecuentes de mi colega y amigo el rabino Shmuel Szteinhendler (de la comunidad Beit Emuná en Santiago de Chile) quien es reconocido como la máxima autoridad rabínica en Cuba y en esta oportunidad celebró su visita número 100 a la isla.
El tercer rabino del Beit Din fue Salomon Nussbaum, rabino de la comunidad de Tucumán en Argentina quien además es Moel y fue el encargado de realizar el procedimiento de ”Hatafat Dam Brit” (complemento ritual de la circuncisión médica) en aquellos casos en que era necesario. También nos acompañó el Doctor Fabián Triskier, director general del Joint para América Latina (quien estuvo en Panamá para la convención de la UJCL)
Al igual que en mi primera visita, también en esta oportunidad quedé impactado por el esfuerzo y el compromiso de las comunidades judías de Cuba y sus miembros por desarrollar una vida judía intensa a pesar de las diversas limitaciones que tienen. Es francamente estimulante conversar con ellos de Torá, festividades o historia y escuchar sus testimonios de como se reconectaron con su identidad judía.
En una jornada intensa, nuestro Beit Din entrevistó gente de La Habana, Guantánamo, Camagüey, Sancti Spiritus y Cienfuegos. Comenzamos temprano en la mañana y terminamos al final de la tarde. Por la noche pudimos pasear un poco y apreciar la belleza de la parte histórica de La Habana.
Al día siguiente nos dirigimos a la playa para el Baño Ritual y regresamos al Patronato para la ceremonia de conclusión. Ver a cada una de estar personas hacer realidad ese deseo tan añorado de formalizar su pertenencia al pueblo judío, constituyó para todos los presentes un momento de mucha emoción.
Parados bajo una Jupá, frente a los rollos de la Torá, de sus labios brotaron las palabras del Shemá Israel, para manifestar su compromiso con Dios, con la Torá y con el pueblo judío. Tal como reflexionamos luego los 3 rabinos, precisamente en la misma semana en que leíamos el relato de la entrega de la Torá, estábamos siendo testigos privilegiados del momento en el cual 21 hombres, mujeres y niños,recibían en sus corazones el eterno mensaje de la Torá y asumían su decisión de vivir una vida inspirada por su guía.
Por si todo esto no fuera suficiente para tener una vivencia trascendental, por la noche, los tres rabinos tuvimos el honor de oficiar juntos la ceremonia de bodas de cuatro parejas que, ahora bajo la Jupá, renovaron su pacto de amor y reafirmaron su deseo de construir un hogar judío.
Me llevo muchas experiencias enriquecedoras de mi visita a Cuba. Anécdotas y vivencias que además me dejaron muchas preguntas y otras tantas certezas sobre lo que significa ser judío en nuestros tiempos, sobre las oportunidades que se nos presentan y nuestra capacidad de aprovecharlas, sobre la fuerza de voluntad que mueve montañas, sobre las congregaciones que construimos y por supuesto, también sobre la responsabilidad que tenemos los líderes en lograr que la tradición judía sea valorada como una fuente de inspiración para la vida de nuestra gente. Alimento para la mente, alimento para el espíritu.
Les dejo algunas fotos.
Shabat shalom
Gustavo
En lo personal, fue mi segunda vista a Cuba. La primera fue hace unos 6 años y transcurrió principalmente en Santiago de Cuba. En esta ocasión toda la actividad se desarrolló en el Patronato, la más grande de las tres sinagogas que hay en La Habana y la más importante del país.
Desde hace 20 años, el Joint viene apoyando sostenidamente programas de cooperación para ayudar al desarrollo de la vida judía en Cuba, ya sea mediante una representación permanente en la isla o bien mediante las visitas frecuentes de mi colega y amigo el rabino Shmuel Szteinhendler (de la comunidad Beit Emuná en Santiago de Chile) quien es reconocido como la máxima autoridad rabínica en Cuba y en esta oportunidad celebró su visita número 100 a la isla.
El tercer rabino del Beit Din fue Salomon Nussbaum, rabino de la comunidad de Tucumán en Argentina quien además es Moel y fue el encargado de realizar el procedimiento de ”Hatafat Dam Brit” (complemento ritual de la circuncisión médica) en aquellos casos en que era necesario. También nos acompañó el Doctor Fabián Triskier, director general del Joint para América Latina (quien estuvo en Panamá para la convención de la UJCL)
Al igual que en mi primera visita, también en esta oportunidad quedé impactado por el esfuerzo y el compromiso de las comunidades judías de Cuba y sus miembros por desarrollar una vida judía intensa a pesar de las diversas limitaciones que tienen. Es francamente estimulante conversar con ellos de Torá, festividades o historia y escuchar sus testimonios de como se reconectaron con su identidad judía.
En una jornada intensa, nuestro Beit Din entrevistó gente de La Habana, Guantánamo, Camagüey, Sancti Spiritus y Cienfuegos. Comenzamos temprano en la mañana y terminamos al final de la tarde. Por la noche pudimos pasear un poco y apreciar la belleza de la parte histórica de La Habana.
Al día siguiente nos dirigimos a la playa para el Baño Ritual y regresamos al Patronato para la ceremonia de conclusión. Ver a cada una de estar personas hacer realidad ese deseo tan añorado de formalizar su pertenencia al pueblo judío, constituyó para todos los presentes un momento de mucha emoción.
Parados bajo una Jupá, frente a los rollos de la Torá, de sus labios brotaron las palabras del Shemá Israel, para manifestar su compromiso con Dios, con la Torá y con el pueblo judío. Tal como reflexionamos luego los 3 rabinos, precisamente en la misma semana en que leíamos el relato de la entrega de la Torá, estábamos siendo testigos privilegiados del momento en el cual 21 hombres, mujeres y niños,recibían en sus corazones el eterno mensaje de la Torá y asumían su decisión de vivir una vida inspirada por su guía.
Por si todo esto no fuera suficiente para tener una vivencia trascendental, por la noche, los tres rabinos tuvimos el honor de oficiar juntos la ceremonia de bodas de cuatro parejas que, ahora bajo la Jupá, renovaron su pacto de amor y reafirmaron su deseo de construir un hogar judío.
Me llevo muchas experiencias enriquecedoras de mi visita a Cuba. Anécdotas y vivencias que además me dejaron muchas preguntas y otras tantas certezas sobre lo que significa ser judío en nuestros tiempos, sobre las oportunidades que se nos presentan y nuestra capacidad de aprovecharlas, sobre la fuerza de voluntad que mueve montañas, sobre las congregaciones que construimos y por supuesto, también sobre la responsabilidad que tenemos los líderes en lograr que la tradición judía sea valorada como una fuente de inspiración para la vida de nuestra gente. Alimento para la mente, alimento para el espíritu.
Les dejo algunas fotos.
Shabat shalom
Gustavo
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