jueves, 27 de marzo de 2014

Homenaje a la Morá Inés - Gustavo Kraselnik

Palabras del Rabino Gustavo Kraselnik

Buenas Noches, bienvenidos todos y todas a esta primera jornada educativa en memoria de la Morá Inés Fuster z”l.

Una de las preguntas que más me hacen como rabino es si existe la vida después de la muerte. Y mi respuesta siempre es afirmativa. 

Creo en la vida después de la muerte. Creo en la vida después de la muerte pero no en el sentido simple de que una persona sigue viviendo en otro universo o en otra dimensión. Mi creencia es que las personas siguen vivas en tanto y en cuanto siguen siendo parte de sus seres queridos, cuando sus enseñanzas continúan siendo escuchadas y su legado sigue inspirando a otras personas. Es ahí cuando podemos afirmar que una persona sigue viva. En palabras de nuestra tradición, un Tzadik, un justo, aún en su muerte se lo llama vivo. (brajot 18a)

Sin dudas que la Morá Inés fue una Tzadeket, una justa. Ha dejado una huella profunda en muchísimas personas y su paso por este mundo, demasiado corto por cierto, estuvo caracterizado por una pasión y una entrega inconmensurable, especialmente hacia los niños. Como educadora fue un ejemplo de lo que el talento y el compromiso puede generar.

Por eso cuando la fecha del primer aniversario de su fallecimiento se acercaba y buscábamos la manera de rendirle un humilde tributo, nos pareció que no bastaba solo con recordarla. Sus convicciones, su dedicación a la educación en general y a la educación judía en particular y sobre todo la sensación de que su presencia sigue siendo parte de nosotros, nos exigían algo más.

Así nació la idea de esta jornada educativa coorganizada por la Congregación Kol Shearith Israel y el Colegio Isaac Rabin, consagrada a la memoria de Inés.  Una memoria que la mejor forma de homenajear es renovando nuestro compromiso con el fortalecimiento de la educación para brindarle a nuestros niños, niñas y jóvenes la posibilidad de crecer y desarrollarse en plenitud. Inés fue un baluarte en esa tarea continua.

Quiero agradecer a la Magister Ángela Arboleda por su inmediata disposición y la calidad y calidez de sus palabras cuando la invitamos a participar de este evento. También mi reconocimiento al Fondo Educativo de la congregación por hacer posible esta conferencia.

Ayer fuimos al cementerio. En la matzevá de Inés, debajo de su nombre, está la bella frase que eligió Keren. “yo llevo tu sonrisa como bandera” que pertenece a la canción “Sea” del cantautor uruguayo Jorge Drexler. “Yo llevo tu sonrisa como bandera…”

Pocos mensajes nos resultan tan poderosos y tan desafiantes. Llevemos la sonrisa de la Morá Inés como bandera, llevemos su amor y su pasión por la educación, por la tradición judía y por el Estado de Israel como nuestro estandarte. En última instancia será este nuestro mejor homenaje a su memoria.

Tihé Nishmata Tzrura Birtzror Hajaim. Que su alma esté unida a las nuestras en los lazos de la vida eterna.

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