Un buen maestro es capaz de trascender en la vida académica de un estudiante.
Cuando me pidieron hacer un discurso por la Morá Inés, recordé que para ella lo importante en su forma de enseñar era el niño. Inés sabía quién era cada niño y sabía lo que cada uno necesitaba.
Los niños sabían que eran importantes para ella, situación fundamental en el establecimiento de una relación.
Como psicóloga comulgo con el concepto de Winnicott cuando habla de que la madre debe ser suficientemente buena, en su función materna, para posibilitar seguridad, crecimiento y confianza.
La función implica una acción, un movimiento que facilita un proceso, más allá del individuo concreto, biológico, que realiza el cuidado materno. De ahí que la función materna puede ejercerla, indistintamente, todo aquel que tenga condiciones y disposición para hacerla.
No puedo decir que hoy (particularmente ) recordamos que Inés no esté con nosotros, no tengo dotes de poeta, pero esa información la gritan los pasillos y la sensación de ausencia causada por su partida.
Quienes estuvimos cerca de ella sentimos su ausencia, y recordamos su forma de celebrar la vida en el acto académico.
Hoy quisiera que celebremos la vida que entregó y su capacidad de trascender y hacerse necesaria para ésta comunidad. La forma como estuvo presente cada día que tuvo vida y salud; recordar la responsabilidad y entrega con la que emprendía cada tarea.
Tenía entusiasmo y compromiso en todo lo que hacía, daba lo mismo poner una curita que armar una sucá; Ines tenía un sello para que todo proyecto tocado por ella fuera importante e irradiara judaísmo.
Hoy quiero que recordemos su vida y lo que con su vida aportó.
De ella nos quedan los recuerdos y las vivencias.
Su manera de ser fue introyectada por los niños.
Con miedo de ser reiterativa, debo decir que una buena madre se instala dentro de nosotros y nos sirve de norte cuando estamos perdidos; nos aconseja en ausencia, eso hace Inés con nosotros cuando ante una actividad pensamos, ¿cómo lo haría ella?
Celebremos hoy el haberla tenido en nuestras vidas. Su recuerdo nos acompaña y eso habla de trascendencia.
Su entrega como docente es un modelo a seguir y por ello la recordamos.
Que sea un día de reflexión.
Midamos el impacto de nuestro actuar, para que imprimamos en nuestra comunidad una huella, tal como ella lo hizo.
Que su paso por nuestras vidas no sea en vano y que haya sido de aprendizaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario