jueves, 12 de mayo de 2016

Kedoshim 5776

Los rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Darío Feiguin
Congregación B´nei Israel, Costa Rica

Amor, Inclusión, Transformación y Unidad

Dice la Torá: “Y habló D’s a toda la congregación de los hijos de Israel diciendo: Santos Seréis, porque Santo soy yo, vuestro D’s.

Sobre este versículo comenta Rashi: “Esta Parashá fue dicha en Asamblea, o sea congregando a todas las personas, hombres, mujeres y niños, porque aparecen en ella la mayoría de las bases de la Torá”.

¿Cuáles son estas bases? ¿Cuáles son los principios por los cuales fue necesario congregar al Pueblo como una Asamblea?

Un Rabino dice: Porque en esta Parashá aparece el versículo: “Behahavtá lereajá kamoja” = “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De acuerdo al más grande de los Tamaím, Rabí Akiva, es el corazón mismo de la Torá, y de él dependen todas las Mitzvot. Sin amor, diría Rabí Akiva, la Torá y el Judaísmo, no sólo no tendrían sentido. Tampoco serían posibles.

Otro rabino dice: Porque esta Parashá nos enseña que toda persona de cualquier edad, preparación académica, o status social, puede, si se lo propone, avanzar en el trabajo espiritual que lo lleva a un eslabón más alto de Santidad. Es decir, es un trabajo a realizar, que no depende ni de cuán inteligente soy, ni de cuán lindo soy, ni de cuanto dinero tengo.

Un tercer rabino dice: Esta Parashá nos enseña que la Torá no quiere de nosotros que nos aislemos del Mundo y que renunciemos a la vida terrenal. Al revés, la Torá nos ordena en plural, para que nuestra obligación religiosa incluya ser parte de la sociedad.

Para que podamos entender que ser judío es necesariamente estar involucrado en lo que pasa en la Vida real y con la gente real. De nada sirve la perfección espiritual si no se vuelca hacia la transformación de un Mundo inconcluso y demasiado imperfecto. De nada sirven nuestras tefilot y nuestro conocimiento si no sabemos cómo aplicarlo a la Vida real. Ser judío no es sólo contemplar. Es esencialmente hacer.

Y un cuarto rabino dice: Esta Parashá nos enseña que para avanzar en el camino de la Santidad, es imprescindible la Unión y la articulación de cada una de las partes que componen el Pueblo de Israel. Por eso se dijo delante de todos. Porque todos, sin excepción, son importantes. Porque todos toman decisiones. Porque todos son valiosos. Porque cuando hay un proyecto común, lo más probable es que se avance; y cuando no hay un proyecto común, lo más probable es que se vaya para adelante y para atrás, generando un enorme y a veces un irreparable desgaste.

Como dijo Rashi: “Guféi Torá tluím ba” = “Cuelgan de esta Parashá el cuerpo mismo de la Torá”:
El Amor
La Inclusión
La Transformación
La Unidad

Estas son de las más importantes bases para construir cualquier proyecto individual, familiar, laboral, Comunitario o Nacional.

Junto con los Valores de Libertad, Justicia y Paz, estos valores son el Guf = el cuerpo, del que se nutren los demás preceptos, que aparecen como comentario.

Cuando hay amor, cuando uno se siente parte, cuando ve que algo se puede cambiar y cuando su fuerza se une a la de los otros para generar un proyecto común, renace la esperanza.

Así, en medio del desierto, surgió y comenzó su desarrollo nuestro Pueblo. Sobre estas bases se fundó una Nación. Sobre sueños e ideales, a los que volvemos cada semana cuando abrimos la Torá, en un ejercicio que nos permite revisar a la luz de esos sueños, nuestro propio “aquí” y nuestro propio “ahora”.

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