viernes, 30 de septiembre de 2016

Nitzavim 5776

Los rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Darío Feiguin
Congregación B´nei Israel, Costa Rica

El día del Juicio

Dedico este comentario a la bendita memoria de Shimon Peres z”l, un Grande para el Pueblo Judío, visionario y soñador, pero con los pies en la tierra. Luchador incansable por la Paz. Todo “Am Israel” lo despedimos con honor. Su memoria será siempre una bendición.

Uno de los nombres de Rosh Hashaná es “Yom Hadín” = “ El día del Juicio”.
La idea básica de este nombre es que D´s juzga a cada ser humano por sus acciones en este Mundo.
Es especialmente elocuente el poema litúrgico llamado “Unetane Tokef”, que quiere decir: “Démosle fuerza” (a este día) en el que el poeta visualiza cómo cada individuo pasa delante del Juicio Divino como cada oveja del rebaño ante su pastor, y lo juzga desde todas las perspectivas posibles.

Pero, ¿qué es lo que D´s va a juzgar de nosotros?
Uno de los rabinos del Talmud babilónico, llamado “Raba”, intentó imaginar qué es lo que D´s va a querer juzgar en nosotros cuando lleguemos frente al tribunal celestial.

El texto está en el tratado de Shabat, Hoja 31, Página 1:
Dijo Raba:
Cuando al Hombre le toca presentarse ante el juicio celestial, le preguntan:
¿Hiciste negocios con fe e integridad?
¿Fijaste tiempos para el estudio?
¿Te ocupaste de tener hijos?
¿Esperaste la salvación?
¿Dedujiste con sabiduría?
¿Entendiste una cosa a partir de otra?

El Domingo pasado, escuché un comentario del Dr. Ron Wolfsohn sobre este pasaje talmúdico, que me resultó inspirador, y que me llevó a pensar en algunas ideas que quiero compartir con Uds este Shabat, ya casi ingresando en el “Día del Juicio”.

La primera pregunta, según el Maestro Raba, que nos van a hacer en el tribunal celestial, no tiene que ver con D´s ni con nuestras creencias y doctrinas, sino con nuestra vida cotidiana:
Nasáta venatáta beemuná? = ¿Hiciste negocios con fe e integridad?
¿Actuaste con corrección? ¿Mentiste? ¿Engañaste? ¿Ocultaste información? ¿Te apovechaste del otro? 
La primera pregunta que nos van a hacer tiene que ver con nuestra conducta ética.
¿Qué tipo de persona fuimos?

La segunda pregunta del Talmud es:
Kaváta itím latorá? ¿Fijaste tiempos para el estudio?
En otras palabras: ¿Creés que ya te lo sabés todo? ¿Cómo es que no estudiás aunque sea una vez por semana? ¿Por qué das excusas para estudiar, argumentando que no tenés tiempo? Los tiempos los fijamos las personas. Somos nosotros quienes decidimos cuánto dedicarle al trabajo, cuánto a la familia, cuánto al deporte y cuánto a la televisión. Entre todas nuestras elecciones, ¿hay algún espacio para estudiar Torá?

La pregunta siguiente es: Asákta pifriá urviá? = ¿Te dedicaste a tener hijos?
Priá urviá es la primer Mitzvá de toda la Torá, esa que versa: “Creced y multiplicáos”. Los rabinos lo entienden como tener hijos. Pero no es un reduccionismo biológico. Tener hijos no es sólo engendrarlos. Es criarlos, chinearlos, educarlos, enseñarles valores, y llevarlos por el camino de la integridad y la bondad. 
El Talmud no está preguntando solamente si los engendramos en un acto de algunos minutos, sino principalmente si los educamos en actidtudes que duran toda la vida, si les dedicamos tiempo y atención, si los vemos como nuestra trascendencia.

 Raba pregunta: Tzipíta lishuá? = ¿Esperaste la salvación? Lo que en términos rabínicos no sería nunca esperar con los brazos cruzados a que las cosas se den porque tenemos esperanza y fe. No es así como funcionan las cosas de acuerdo al Judaísmo. Esperar la salvación es por un lado, vivir con una actitud optimista y proactiva frente al futuro, sentir que se puede, que vale la pena el esfuerzo, que los miedos y los fracasos no nos paralicen; y es, por el otro lado, acercar ese futuro ideal lo más posible a la realidad: hacer, actuar, trabajar para que eso suceda. En el Judaísmo, el futuro no viene solo. Al futuro lo llamamos. No es el reloj que avanza inexorablemente. Es la vida que podemos vivir, si nos animamos a elevarnos hacia ella.

Pilpálta bejojmá? = ¿Dedujiste con sabiduría?
¿Cómo es que nuestra inteligencia nos lleva a las conclusiones que nos lleva? ¿Será que además de la inteligencia deberíamos apelar a otra categoría que nos acerca más a lo que es relevante, a lo que sirve, a lo que es procedente y conducente? ¿Será que además de preguntar por qué, como lo hace la inteligencia, deberíamos preguntar para qué, como lo hace la sabiduría? ¿Para qué sirve tal o cual actitud? ¿A qué me lleva? ¿Qué gano con eso?
Cuántos problemas y dolores de cabeza nos ahorraríamos si dedujéramos con Jojmá!

Hevánta davar mitoj davar? = ¿Entendiste una cosa a partir de otra?
Además de la sabiduría, ¿entendemos y aprendemos de la experiencia? 
¿Qué es lo que nos hace volver a repetir los mismos errores una y otra vez?
¿Cómo hacer para aprender de la experiencia y que al presentarse una situación similar a la que me causó tanto daño, no caiga en la trampa de volver a elegir el mismo camino incorrecto? La experiencia no es cuestión de años acumulados, sino de qué es lo que aprendimos de todo ese tiempo. Diriían los rabinos: sumemos experiencia a nuestros años vividos!

Amigos: Pasado mañana es Yom Hadin, el día del Juicio, y tenemos que hacernos todas estas preguntas: Si actuamos con integridad en los negocios y en cada pequeña situación, si fijamos tiempos para aprender, si nos dedicamos a nuestros hijos, si encaramos la vida con optimismo y fe, si tomamos decisiones con sabiduría si aprendemos de la experiencia.

En el día del Juicio no nos van a preguntar en qué tipo de D´s creemos.
Nos van a preguntar qué tipo de seres humanos elegimos ser.

Que podamos llegar preparados a ese día.
Que podamos tener respuestas satisfactorias a las preguntas esenciales de la existencia.
Y que seamos inscriptos en el libro de la Vida, la bendición, y la paz.

¡Shaná Tová!
Rabino Darío Feiguin
B´nei Israel, Costa Rica

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