jueves, 26 de enero de 2017

Vaerá 5777

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Gustavo Kraselnik
Congregación Kol Shearith Israel, Panamá

Es inevitable. Nuestra Parashá describiendo el plan divino de liberación del pueblo judío de la esclavitud y la narración de las primeras plagas que azotan Egipto, nos conecta irremediablemente con la fiesta de Pesaj y el ritual del Seder.

De las memorias más nítidas de la celebración siempre emerge la misteriosa figura del profeta Eliahu con su mensaje de esperanza y justicia anunciando la llegada de la era mesiánica. Como expresión del anhelo por su llegada colocamos en la mesa del Seder una copa llena de vino que lleva su nombre.

Sin embargo, – y esto lo descubrí siendo ya adulto -  el origen de la copa de Eliahu no está relacionado con la presencia del profeta en el Seder sino con una creativa resolución implementada por los rabinos talmúdicos a partir de una discusión sobre un pasaje de Parashat Vaerá.

Cuando tratan de encontrar la razón de las cuatro copas de vino que se toman en el Seder, el Talmud de Jerusalem (Pesajim 68b) trae varias explicaciones. La primera (que se volvió la más popular) sostiene que las cuatro copas están relacionadas con las cuatro promesas de liberación que aparecen destacadas en el siguiente texto (Ex. 6:6-7):

“Por lo tanto, di a los hijos de Israel: Yo soy Adonai y os sacaré de bajo los agobios de Egipto y os libraré a vosotros de su servidumbre. Os redimiré a vosotros con brazo tendido y con Juicios grandes. Os tomaré Yo a vosotros para Mí por pueblo y seré para vosotros por Dios…”

En algunas versiones no impresas del Talmud, encontramos una interesante referencia sobre una quinta promesa de liberación que aparece en el versículo siguiente:

`Y os traeré a la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, y os la daré por heredad. Yo soy Adonai.

¿Es el hecho de llevarlos a la tierra de Israel parte de la promesa redentora o se trata de algo independiente? Rabi Tarfon (Siglo II en la tierra de Israel) opina que la expresión “os traeré” es parte de la redención de allí la necesidad de una quinta copa. Aunque esta opinión no era compartida por todos.
Por eso, ante la imposiblidad de encontrar una respuesta consensuada (4 o 5 copas) quedó esta quinta copa en una situación intermedia. Aparece dentro del Seder en honor a los que afirman que es necesaria, pero sobre ella no se recita una bendición, en consideración de quienes sostienen que la promesa divina incluía solo los cuatro verbos iniciales.

¿Y cuándo vamos a saber quien tenía razón? Cuando venga Eliahu a anunciar la llegada de la era mesiánica y nos resuelva todas aquellas dudas que no hemos podido descifrar. Por eso se llamó la copa de Eliahu.

La disputa por esta quinta copa continuó a lo largo de los siglos. Los más prominentes comentaristas opinaron sobre el tema. Interesantemenete, en los últimos años, más precisamente después de 1948 – la independencia de Israel – cada vez se ha hecho más popular su inclusión (con su correspondiente bendición) como una forma de agradecer a Dios por la realidad del Estado de Israel que puede ser visto como el cumplimiento de la promesa del quinto verbo.

Al incluir en nuestro Seder el cto de tomar de la copa de Eliahu, no solo reforzamos nuestro vínculo con Israel, sino que además proclamamos una idea central de nuestra experiencia judía: El pasado y el presente confluyen, abriendo las puertas para un futuro en donde se materialice la esperanza redentora.

Shabat Shalom

Gustavo



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