Todo todos los encuentros de jóvenes adultos que participé a lo largo de mis cinco años en KSI, definitivamente- el último fue el que considero más fructífero. Este encuentro tomo lugar en el hotel Barceló en San José de Costa Rica- un bellísimo lugar a cinco kilómetros desde el centro de la ciudad.
Este año, a diferencia de otros, el encuentro de jóvenes y la reunión bianual de la UJCL, se unieron y ambas actividades se realizaron en paralelo en el mismo hotel- por lo tanto, nosotros, los jóvenes adultos- tuvimos la oportunidad de participar en las actividades de jóvenes, como en las generales de la UJCL. No voy a mentirles- me parecieron más interesantes las actividades de jóvenes que las generales de la UJCL, sin embargo hubo temas que me interesaron, por ejemplo- la relación de Israel con el resto de los países (dictada por el embajador Abraham Haddad).
La primera noche, la apertura del evento, escuchamos las palabras de cuatro personas importantes: El presidente de B´nei Israel- la comunidad anfitriona del encuentro, el presidente de la UCL, el embajador de Israel en Costa Rica y el vice-presidente de Costa Rica, quien además es miebro de la comunidad judía. Cada uno recalcó la importancia del estado de Israel para el pueblo judío y el rol de la UJCL dentro de las comunidades pequeñas de Centroamérica y el Caribe.
La razón por la cual considero que este encuentro fue el más fructífero que el resto de los cuales participe, no es solamente por el hecho de que conocí a nuevas personas o porque vivimos juntos experiencias divertidas y salidas nocturnas, ni tampoco por el hecho que fue una oportunidad de unir al grupo de universitarios de KSI o por el hecho de que nunca en mi vida vi a tantos rabinos en un rezo de shajarit el sábado a la mañana- la razón por la cual considero que este encuentro fue todo un éxito, es por las actividades de alta utilidad que organizo Ariel Eiberman- nuestro “madrij”, las cuales tenían como tema central, las comunidades y como nosotros- los jóvenes - llenos de energía e ideas podemos ayudar a nuestras comunidades a crecer.
Dos actividades que me llamaron mucho la atención fueron: como ejecutar proyectos dentro de la comunidad y una charla con los representantes de la WUPJ (World Union for Progressive Judaism).
En la actividad de ejecución de proyectos, vimos herramientas para detectar problemas que nos molestan en nuestras comunidades y desarrollar proyectos – o en su definición tal como se dio en la charla “esfuerzo con principio y fin, que tiene como objetivo mejorar una situación o alcanzar una meta predeterminada”- para poder mejorar el inconveniente.
Complementario al taller de proyectos estuvo la charla motivacional de los dos representantes de la WUPJ, quienes nos mostraron su apoyo y exigieron nuestra iniciativa. Al final, la charla concluyó con el poder del uno, es decir- si bien en equipo y con un grupo las cosas salen mejor y más fácil, eso no quiere decir que una sola persona no pueda empezar. Nos mostraron que una sola persona es lo que se necesita para encender la chispa- una sola persona puede ser el catalizador de éxito, que atraiga a más personas a unirse para cumplir la causa y nos propusieron en no buscar excusas tales como “nadie me ayuda, por lo tanto es imposible” a encontrar afirmaciones tales como “sin importar cuantos se unan, yo voy a seguir adelante, después otros se unirán”.
El conjunto de estas dos actividades- herramientas más motivación, hizo que nos pongamos a pensar y analicemos las razones por las cuales hay pocos jóvenes adultos en las comunidades, pero a diferencia de otras actividades que hice al respecto, esta estuvo más estructurada y organizada lo cual nos permitió encontrar las raíces del problema y desarrollar ideas para solucionar la situación desde la raíz.
Para concluir quiero agradecer a la congregación Kol Shearith Israel y la UJCL por ofrecernos esta oportunidad y ayudarnos a aprovecharla. Se hace evidente que ambas organizaciones están comprometidas con su futuro invirtiendo tiempo, esfuerzo y dinero en su juventud. Mi único deseo al respecto es que más jóvenes decidan aprovechar estas oportunidades que se presentan, porque al fin y al cabo, la comunidad la hacemos todos, y su fortaleza depende de la gente que toma participación activa en ella y una comunidad fuerte beneficia a todos sus integrantes.
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