jueves, 13 de diciembre de 2012

Marianne Granat con estudiantes del Colegio Episcopal

La señora Marianne Granat, sobreviviente de la Shoá, fue invitada a departir sobre su experiencia, con estudiantes de 9° grado del Colegio Episcopal de Panamá.

A continuación presentamos las reflexiones del joven José Alfredo Espinosa Bilgray de 15 años.

Yo soy cristiano, pero mi familia es de origen Judío. Mi bisabuelo era judío polaco, toda su familia, a excepción de una hermana y un tío, murió durante la Segunda Guerra Mundial. Siempre he estado muy interesado en la historia del Judaísmo y sus costumbres. Algunas veces me pongo en Internet a traducir palabras al hebreo o a yiddish.  Cuando mi profesora de historia nos habló sobre ir a tomar té con una sobreviviente del Holocausto, todo el salón estaba muy emocionado. Lo primero que hice al llegar a mi casa fue ir a Wikipedia a repasar todo lo que nos habían enseñado del Holocausto y Adolf Hitler, y buscar cosas que no sabía. Después de estar como dos horas leyendo, tuve que dejar la computadora e ir a hacer algo para distraerme y no pensar en las cosas espantosas que leí.
Llegó el día de ir a tomar té y no podía dejar de pensar en todo lo que había leído. Me bañé, busque el mejor pantalón de vestir que tenía y una camisa de rayas bonita. Cuando llegué al hotel donde iba a ser la fiesta de té, saludé a mi profesora y a algunos de mis compañeros que ya habían llegado. Después de unos cuantos minutos en la recepción, llegó la Sra. Marianne Granat, la señora de la que tanto nos había hablado la profesora. Nunca pensé que detrás de esa pequeña mujer, había una historia enorme por contar. Después de que otro invitado nos habló sobre la vida bajo el régimen de Mussolini en Italia, se paró la señora Granat, sacó unos papeles y comenzó a hablar. Esa mujer es una de las personas más fuertes que he conocido. Es fuerte de voluntad, valor, perseverancia y coraje. Nos habló de cómo toda su familia fue deportada a Auschwitz, donde sus padres murieron en la cámara de gas. Ella y su hermana Georgette pasaron por los campos de Bergen-Belsen, Braunschweig, Rawensbruck y Retzow. Después de casi un año de agonía, fueron liberadas el 2 de mayo de 1945 por el ejército rojo. 
Esa noche, fui directo a mi cuarto a leerme el libro de las memorias de la señora Granat. En una hora y media lo terminé. Después de esa sesión, me enteré de unas cuantas cosas que no salían en Internet, cosas horribles que la señora Granat tuvo que ver mientras estaba en cautiverio. No importa cuántas películas sobre el Holocausto veas, cuántos libros te leas o cuanto investigues, nada se compara a que alguien que lo sobrevivió te lo cuente y mucho más si lo viviste. El mundo nunca debe olvidar lo que pasó durante esos oscuros días, el mundo nunca debe permitir que algo tan atroz se repita, ya sea a los judíos o a cualquier otro grupo. Nadie, bajo ninguna circunstancia, se merece algo tan horrible e inhumano.  Las doce millones de personas que perecieron durante el Holocausto jamás serán olvidadas.

1 comentario:

  1. Excelente composición, muy acertada, no se pude comparar una narración con lo que se pueda leer en libros o ver en películas. Yo también escuché a la Sra, Granat en ocasión anterior y fue impactante. Hae algunos años viví en Israel y no me atreví a ir a los museos del holocausto, pensé que no podría soportatlo, pero no me pude escapar de esas emociones cuando la escuché a ella.

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