Comentario de Yom Kipur
Por el Rabino Mario Gurevich
Sinagoga Beit Israel
Aruba
En el día de Yom Kipur la lectura de la Tora nos ilustra sobre los sacrificios de este día en época del Templo –la lectura de la mañana- y las prohibiciones sobre las relaciones incestuosas en la lectura de la tarde.
La colorida descripción del sacrificio del “chivo expiatorio” hace perfectamente patente la compleja evolución de nuestros rituales hacia la abstracción y el simbolismo despojado de toda manifestación física.
En cuanto a la extraña lectura de la tarde, parece que servía de pública admonición ya que en la propia tarde de Yom Kipur las y los jóvenes de Jerusalém comenzaban a cortejarse con miras a los “shidujim” (parejas-compromisos) que se concretarían en seguida después de Sucot.
Definitivamente nada que ver con nuestro Yom Kipur ahora y aquí. Hoy, la atmosfera de nuestras sinagogas, las largas horas de ayuno y la letanía y repetición monótona y rítmica de nuestras oraciones tradicionales abren en el corazón la brecha por donde debe ingresar el perdón por nuestros actos y salir el perdón hacia nuestros ofensores.
No se trata solo de un proceso de reconciliación con Dios sino también con nuestro prójimo, llámese nuestra sociedad, nuestras familias, nuestras comunidades.
Rosh Hashaná, recién celebrada, nos permitió buscar las herramientas para convertirnos en mejores personas.
El desafío de Yom Kipur es utilizar dichas herramientas, siendo la principal de ellas la “Teshuvá”. Esta se define como arrepentimiento o retorno pero también significa respuesta y es más posiblemente todas esas acepciones al mismo tiempo.
Teshuvá es mucho más que decir “lo siento”; ella implica un completo cambio de actitud, un reconocimiento de los errores pasados y el reconocimiento del hecho de haber perdido nuestro rumbo y desear regresar al amor de los nuestros y al amor de Dios.
Tal vez la fraseología descriptiva de Dios inscribiendo nuestro destino en Rosh Hashaná y sellándolo en Yom Kipur nos lleva a comprender que la vida es un tablero en blanco donde podemos escribir lo que queramos.
Podemos usar nuestras vidas para convertirnos en personas de carácter realizando mitzvot o podemos permitir que los oscuros momentos de ira, egoísmo y enojo nos dominen.
Desde la perspectiva de Yom Kipur la elección es solo nuestra. El judaísmo no nos permite culpar a otros por nuestros errores; somos nosotros mismos quienes debemos aceptar la responsabilidad por ellos y asumirlos.
Que este día de Yom Kipur llene nuestros espíritus de sentimientos positivos y de honesta Teshuvá.
G’mar Jatimá Tová
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