Por Ruthy Kraselnik
Pesaj es la fiesta educativa por excelencia, donde las diferencias generacionales son el lugar mismo del aprendizaje. Pesaj es la fiesta donde el encuentro intergeneracional es un hecho fijo y siempre presente. Y es el encuentro entre todos los miembros de la familia el que nos brinda esta oportunidad educativa.
Pesaj es la fiesta educativa por excelencia, donde las diferencias generacionales son el lugar mismo del aprendizaje. Pesaj es la fiesta donde el encuentro intergeneracional es un hecho fijo y siempre presente. Y es el encuentro entre todos los miembros de la familia el que nos brinda esta oportunidad educativa.
El elemento educativo que Pesaj eligió es la pregunta, que permite indagar, conocer, saber, construir y ser libre e independiente del desconocimiento y la indiferencia.
Pesaj señala un nuevo comienzo en nuestro ciclo del año, el mes de Nisan, primer mes en la Tora. El otro comienzo es en el mes de Tishrei, recordándonos la creación del mundo. Pesaj es el recuerdo de la salida de Egipto, y la formación de un pueblo.
La noche del Seder, en la época que el Gran Templo ya no existe, cada persona se sienta alrededor una mesa y recuerda la salida a la libertad. Cada año el pueblo judío, recrea la noche previa a la salida de Egipto. La noche del Seder es el acontecimiento familiar fundacional y mas importante del pueblo judío.
La noche del Seder leemos la Hagadá de Pesaj, que no nos trae el relato histórico de manera completa, pero si nos hace participar a cada uno, como si cada uno fue el que salió de Egipto. La Hagadá comienza después de las bendiciones con las preguntas que los niños realizan, cumpliendo el rol de niño cuestionador, y como si esas preguntas los sorprendiesen. Los padres se presentan respondiendo según un texto fijo y explican las tradiciones especiales de la fiesta. El precepto “Y le contaras a tu hijo” viene a estimular una conversación entre toda la familia, acerca de nuestra historia y sobre la libertad. Y tal vez la noche del Seder es el momento de las preguntas nuevas, que generan asombro, esas preguntas que cada niño según su interés y su maduración puede preguntar.
Uno de los conceptos principales de la fiesta es la memoria y los recuerdos. Esos recuerdos que una generación le pasa a la siguiente, y que son los pilares en la construcción de la identidad judía de cada uno de nuestros hijos. Es entender que hoy el pregunta, pero ayer fue su papa, y antes su abuelo y así entender el concepto de continuidad.
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