Rabino Claudio Jodorkovsky
Asociación Israelita Montefiore
Bogotá, Colombia
Hay una hermosa historia que
cuenta que una oportunidad un rabino estaba estudiando con sus discípulos en la
Casa de Estudios y para enseñarles algo muy importante les pidió que salgan al
jardín en medio de la noche y que miren al cielo. Levantó su mano, indicó con
un dedo hacia arriba y les preguntó a los alumnos “Miren al cielo y díganme qué
son capaces de ver”.
Los alumnos miraron en dirección
al cielo pero ninguno pudo ver nada especial, hasta que uno de ellos se animó a
contestar y dijo: “Rabino, lo único que yo veo es su dedo”.
En uno de sus versículos, Haazinu
nos propone no dejarnos llevar por lo superficial e intentar comprender el
verdadero valor de nuestra tradición: “…Porque no es algo vacío para ustedes;
porque es algo vital y a través de ella alargarán su vida” (Devarim 32:47). Y si
bien el texto se refiere en este caso a las enseñanzas de la Torá, bien
podríamos extrapolar su mensaje a los Yamim Noraim: ¿Acaso no nos ha ocurrido
que venimos a la sinagoga durante las Altas Fiestas y nos sentimos alejados del
ritual, quedando en algunas ocasiones con la sensación de que se trata de un
rito alejado y vacío de sentido?
Así como en la historia, cada vez
que llega esta época del año corremos el riesgo de no saber mirar al lugar que
corresponde y, como el alumno, quedarnos a mitad de camino sin poder distinguir
lo esencial.
Rosh Hashaná y Iom Kipur son
oportunidades únicas en el año judío: Nuestras sinagogas se llenan, nos
reencontramos con viejos amigos y parientes que vienen del exterior, nos vestimos
con nuestras mejores ropas, celebramos en casa con grandes comidas y banquetes.
Por otro lado vamos a la sinagoga, desempacamos nuestros Majzorim y nos disponemos
a rezar con mucha kavaná (intención). Sin embargo a veces olvidamos que lo más
importante de estas fechas, tiene que ver no tanto con lo que hacemos esos días
en particular en la sinagoga sino con la posibilidad de darnos un tiempo para
la reflexión e introspección personal.
Los Yamim Noraim son la
oportunidad que nos regala la tradición judía para poder mirarnos a nosotros
mismos: Evaluarnos como personas, ver cuáles son nuestros aspectos positivos y negativos,
y preguntarnos acerca de las metas que nos planteamos el año pasado y no cumplimos.
Asimismo es la oportunidad para reconciliarnos con los demás y donde se pone a
prueba nuestra capacidad para pedir perdón por nuestras faltas y perdonar a los
demás.
Es por eso que si le damos
importancia únicamente al ritual, a los rezos, al Majzor, al Shofar o a las
celebraciones familiares y descuidamos el sentido espiritual de estos días,
estaremos mirando únicamente el “dedo” que en realidad quiere indicarnos el objetivo
principal de los Yamim Noraim. Por supuesto que estos aspectos también son
importantes y no debemos descuidarlos, pero con la conciencia de que son las “herramientas”
que nos da nuestra tradición para poder conectarnos con nosotros mismos, con
nuestro prójimo y con Dios.
A pocas horas de Rosh Hashaná y del
comienzo de un nuevo año, pidámosle a D-s nos entregue su bendición para que
podamos gozar de unos Yamim Noraim significativos junto a nuestras familias y para que logremos aprovechar esta hermosa
invitación que nos hace nuestra tradición para crecer, mejorar como personas y
así al mundo en que vivimos.
Shabat Shalom.
Le Shaná Tova Tikatevu Vetejatemu
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