martes, 16 de mayo de 2017

Behar - Bejukotai 5777

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Gustavo Kraselnik
Congregación Kol Shearith Israel, Panamá

En Parashat Behar, la primera de la doble porción de esta semana, encontramos una de las leyes más revolucionarias de toda la Torá: Shnat Haiovel, el año del Jubileo, el año cincuenta.

Este año era la culminación (o el inicio, de acuerdo a algunos exegetas) de un ciclo de siete períodos de siete años, como dice la Torá (Lev. 25:8-9) “Contarás siete semanas de años para ti, siete veces siete años, para que tengas el tiempo de siete semanas de años, cuarenta y nueve años. Entonces tocarás fuertemente el Shofar el décimo día del séptimo mes."

Este poderoso toque de Shofar es el que termina dándole nombre al año. La palabra Iovel aparece como sinónimo del Shofar en el libro de Shmot (Éxodo 19:13): “Cuando suene el Iovel ellos subirán al monte.” 

Volviendo a las particularidades del Shnat Haiovel y tal como explica nuestra Parashá, ese año descansaba la tierra (igual que en el sabático), se proclamaba la liberación de todos los esclavos israelitas y se devolvía la posesión de las tierras a sus dueños originales.

Por cierto, uno de los versículos de nuestra Parashá sobre el tema, “Proclamareis la libertad en la tierra para todos sus habitantes” (Lv. 25:10), aparece grabado en la Campana de la Libertad que se encuentra en Filadelfia y que se tocó para convocar a los ciudadanos a la lectura del acta de la independencia de los Estados Unidos. La campana con el versículo en cuestión, constituyen un símbolo de la libertad y de la lucha contra la esclavitud.

Podemos suponer que la motivación del año del Jubileo apuntaba a devolver a la sociedad cierto equilibrio en su dinámica económica, evitando la creación de latifundios y la acumulación de riqueza; así como brindar a cada familia la posibilidad de un nuevo comienzo. Sin embargo, en el texto bíblico, salvo una mención específica en el libro de Números (36:4) sobre el año del Jubileo, no tenemos más pruebas de que se haya puesto en práctica. En los profetas clásicos aparece mencionada la liberación de esclavos, pero no vinculada a una fecha específica ni asociada a las otras leyes del jubileo.

Más allá de si tuvo impacto real en la vida de la gente a lo largo de los siglos, el Iovel sí dejó marca en nuestro idioma. De esa misma raíz provienen las palabras “júbilo” (grito de alegría asociado al toque del Shofar de la proclamación) y “jubilado” (posiblemente la culminación del periodo de trabajo al cumplirse los 50 años). Sin embargo, como me dijo alguien, en nuestros tiempos júbilo y jubilado no parecen ir de la mano. Puede que sea cierto, pero esa es otra historia.

No quisiera finalizar sin referirme a un concepto significativo que trae el rabino Jonathan Sacks en su libro “lecciones de liderazgo”.  En su comentario sobre la Parashá destaca la conexión que hay entre la cuenta de los 49 años para llegar al Shnat Haiovel y la cuenta de los 49 días del Omer que nos lleva a Shavuot, que aparece en Parashat Emor.

Citando al Talmud (Menajot 65b) explica que la diferencia entre ambas Mitzvot radica en que la Cuenta del Omer está en plural (“contaréis siete semanas completas. Contaréis cincuenta días…” Lv. 23:15-16) por lo que es una Mitzvá que debe cumplir cada judío; mientras que la Cuenta del Iovel está en singular (“Contarás siete semanas de años… Id. 25:8) y de allí que la obligación de hacerla recaiga sólo en el Beit Din, en el Tribunal rabínico y no en cada individuo.

El rabino Sacks encuentra un mensaje valioso en esta sutil diferencia: Como personas contamos los días, pero como dirigentes, debemos contar los años.

Aquellos que somos líderes - en cualquier campo -, tenemos la obligación de mirar más allá de lo inmediato, del corto plazo. Por eso intentemos proyectar el alcance de nuestra vista hacia el horizonte, enfoquemos las luces largas y pensemos siempre en las implicancias futuras de nuestras decisiones actuales.
Shabat Shalom


Gustavo

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