sábado, 21 de mayo de 2011

KSI 135 años - Palabras de Marianne Granat

En enero del año 1980 llegué con mi esposo y  nuestra hija menor Annette a Panamá.

En el aeropuerto nos esperaba el señor Walter Watson quien nos llevó inmediatamente al Salón Diplomático y así pasamos la aduana sin formalidades. Saliendo después del aeropuerto  nos esperaba Stanley Fidanque, recibiéndonos con estas palabras: "Nosotros quisiéramos que ustedes vivan aquí entre nosotros como nuestra familia."

Mi esposo quería mucho a su congregación y tuvimos muchos amigos y amigas entre ellos. Cuando Alexandre se enfermó, la comunidad Kol Shearith estaba presente a nuestro lado desde el primer momento hasta el último.

Nunca voy a olvidar su comprensión, su ayuda incondicional en aquellos momentos trágicos. Me quedé sola, pero ellos no me dejaron caer. Tanto Aunt Bertha (Señora Bertha Fidanque), como la familia Andrés Maduro, Fred y Norma Maduro me ofrecieron su hospitalidad y amistad  en estos momentos tan cruciales en mi existencia.

Y por fin, debo a la familia Motta, -a Felipe y a su hermano Alberto toda mi gratitud por haber tratado de salvar la vida a mi esposo en Houston y ayudándonos junto con toda la gran familia KSI de cumplir con esta tarea.

Nunca voy a olvidar su gran simpatía, su generosidad, su  humanidad.

De mi parte, decidí quedarme en el seno de esta pequeña pero gran comunidad y servirle con toda mi fuerza hasta el último día de mi existencia.

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