Fue en este lugar donde nací, crecí, me convertí en Bar Mitzvá, y en donde me inspiré para dedicar mi vida los estudios judaicos.
Fue el lugar donde mis padres y mis abuelos se casaron, y en donde pertenecieron y están enterrados varios de mis ancestros y familiares.
Nuestra segunda casa, nuestro nexo con el pasado, punto de encuentro con judíos de todos lados del mundo, y nuestro lugar para inspirarnos a soñar y unirnos a forjar nuestro futuro.
KSI es en Panamá el bastión de un Judaísmo intelectualmente sano, un lugar espiritualmente honesto y de un ambiente agradable y no juicioso para todos.
Si no fuese por esta sinagoga mi camino como judío hubiese sido otro y o tal vez nulo.
Fue aquí donde aprendí a discernir y cuestionar, a analizar críticamente los textos y a amar, no solo temer, a nuestro Dios y a nuestras tradiciones.
Que sigan siendo muchos años mas, inspirando a los jóvenes exploradores a continuar con la antorcha que heredamos de nuestros ancestros y seguir pasando esta luz de generación en generación.
Mazal tov!
Rabino David Cohen-Henriquez
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