viernes, 4 de febrero de 2011

En Boston y NY

LA COLUMNA DEL RABINO
Queridos amigos, después de los positivos comentarios que recibí durante esta semana sobre el artículo que escribí en el Itón de mi experiencia en Cuba, me lanzó nuevamente esta semana (acaba de nacer “la columna del rabino”) para compartirles otra linda vivencia que acabo de tener, también fuera de Panamá.

Desde hace algunos años, aprovechamos esta época de vacaciones escolares y baja actividad en KSI para salir de viaje familiar y aprovechar para recargar las baterías. Después de analizar diversas opciones, con Ruthy nos decidimos por la costa este de los Estados Unidos, sabiendo que podría hacer frío pero sin imaginar entonces los fuertes vientos y las nevadas que la asolarían.

Más allá del clima y de lo bien que la pasamos (gracias y a pesar del frío) quería contarles que tuvimos la oportunidad de pasar un Shabat en casa de mi amigo y colega, el rabino David Cohen Henríquez, cenamos con Sammy Icaza y tomamos un rico café con Rachael Baitel.
Nuestro viaje comenzó en Boston y de allí nos dirigimos a Manchester (New Hampshire) en donde vive David desde hace más de un año ya que es el rabino de la congregación Temple Israel.
Fue una muy linda experiencia ir a la sinagoga en Shabat y ver el cariño y respeto que la gente le tiene a David. En lo personal, sentí un gran orgullo al contemplarlo al frente de su congregación.
Si bien lo he visto muchas veces en KSI dirigiendo los rezos, enseñando y dando sermones, en Temple Israel pude verlo como un “Mara Deatra”, como la autoridad local, respetado y reconocido por la gente que llegó al servicio del viernes y del sábado, a pesar de las inclemencias del tiempo.
Uno de los momentos más lindos, ocurrió el sábado, antes de empezar la plegaria, saludé a una señora quien después de decirle mi nombre, me preguntó de donde era, y cuando le respondí: “De Panamá”, me dijo: “Oh, you are the rabbi´s rabbi” (Tu eres el rabino del rabino). La verdad es que es la primera vez que me llaman de esa manera y les confieso que - aunque el título es exagerado - me dio mucho gusto.
Pasamos un tiempo muy lindo con David, su hospitalidad fue extraordinaria y Dan, a pesar de la desconfianza inicial, termino muy amigo de su gata Shasta.
Casi como un relevo, David se despidió de nosotros, después de mostrarnos un poco de la parte judía de Boston, y Sammy llegó con ganas de compartir juntos y llevarnos por la parte histórica de la ciudad. Empezamos a caminar con entusiasmo pero al poco tiempo tuvimos que buscar un poco de calor. el frío que hacía era indescriptible.
En la cena, en un bonito lugar el Little Italy, Sammy nos contó sus experiencias en Brandeis, las materias que cursó, las que iba a cursar ahora, sus actividades en defensa de la causa de Israel y su colaboración con distintos programas de ayuda y desarrollo social. Sammy siempre fue un joven muy maduro, pero verlo y escucharlo ahora, con sus conceptos tan claros y con su deseo de regresar más adelante a Panamá para volcar todo lo que está aprendiendo, no deja de brindar una sensación de plenitud por la forma en que va transitando por el camino de la vida.
Ya en Nueva York, donde pasamos la última semana, estuvimos junto a nuestros amigos Jack y Lillian Davidson de El Salvador (Jack es además ex-presidente de la UJCL) y pasamos a visitar a Peter Marotta, estudiante del colegio Isaac Rabin quien valientemente está superando un cáncer.
El domingo por la tarde, en un Starbucks que queda a pocos metros de Penn Station nos encontramos con Rachael. Dan estaba feliz de ver a quien fuera su primera madrija y nosotros de poder escuchar sus vivencias de su primer cuatrimestre en Princeton, sus expectativas de cara al comienzo de un nuevo período de estudios y sus reflexiones sobre la vida en la gran ciudad.

El aplomo y la seguridad que siempre han caracterizado a Rachael siguen siendo su marca registrada y esta nueva experiencia le permite seguir creciendo y madurando, abriendo su cabeza, conociendo cosas nuevas,, pero sabiendo perfectamente quien es y que es lo que quiere. Fue una linda alegría encontrarnos y verla tan plena y entusiasta como siempre.
Sin duda que en el viaje también disfrutamos de la parte turística, los museos, las caminatas, Broadway y todo lo demás. Sin embargo, el haber estado con David, Sammy y Rachael nos dio un poco de calor de hogar y al contemplar a cada uno tan crecidos y maduros, desarrollándose tan bien en sus diversos compromisos nos dio, como diría mi abuela, grandes “Najes”. (Satisfacciones).
Les dejo algunas fotos.
Shabat shalom y Jodesh tov
Gustavo


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