jueves, 23 de febrero de 2017

Mishpatim 5777

Los Rabinos de la UJCL escriben sobre la Parashá de la semana

Rabino Darío Feiguin
Congregación B´nei Israel, Costa Rica.

“Jukim uMishpatim”


La tradición rabínica hace una distinción entre dos tipos de leyes: Los Jukim y los Mishpatim.

Los Jukim son leyes cuya racionalidad es incomprensible para los seres humanos. Leyes como “la vaca roja”, o “la becerra degollada” son consideradas “Jok”; y el judío debía cumplirlas y punto.

Pareciera ser que en la infancia del desarrollo de Israel como Pueblo, fue necesario decir “porque si”, a través de Jukim, que vinieron a reforzar y apuntalar la idea monoteísta a partir de la cual se contruyó el sistema ético-religioso. 

No quiero hacer una apología de los Jukim. De hecho, Jazal mismos se ocuparon de transformar y modificar este tipo de leyes.
Comenzaron acotándolas y restringiendo su campo de acción. Y terminaron cambiándolas o encontrándoles una razón lógica posterior a su creación, que re-significaba la ley.

Junto con los Jukim, la Torá está llena de Mishpatim.

Y así se llama nuestra Parashá: Mishpatim. Estas son leyes en las cuales reconocemos su razón de ser.
Cientos de leyes, algunas de ellas aplicables sólo a casos específicos, van tejiendo una trama, que se conoce como “el derecho hebreo”.

Un sistema que basado en la casuística, logra desarrollar los conceptos y los valores esenciales que hacen a la idea básica.
Y tal vez lo más importante: le agregan a esa idea monoteísta, un contenido ético, inseparable, y tan importante como la existencia misma de Dios.

Teológicamente hablando, no cambia mucho en la fe, que Dios sea uno o muchos. Pero si cambia desde la fundamentación ética: si hay un único padre, todos somos iguales, como hermanos frente a él.
Todos fuimos creados como Adam harishón, a su imagen y semejanza, y todos somos seres por quienes Dios se preocupa.

Por todos los seres humanos corre el mismo líquido rojo. Por todos! Blancos y negros, judíos, cristianos, musulmanes y budistas, flacos y gordos, mujeres, hombres, gays, lesbians y trans. Todos necesitamos comer e ir al baño. Y todos somos frágiles y endebles frente a la enfermedad, el amor y la felicidad. Ninguno vivirá eternamente, ni se llevará a la tumba nada de lo que tiene, ni siquiera el deseo de lo que le falta.

Los Mishpatim, especialmente aquellos que van tejiendo la trama del judaísmo ético, encierran estas ideas básicas, que nuestro pueblo supo calladamente regalarle a la Civilización humana.
Y así, caso por caso, con un típico desorden judío, fue construyendo este marco de acción que conocemos como Halajá. 

Vale sólo otra aclaración: Es falso creer que Halajá es sólo la ley seca del Judaísmo. La verdad es que esas leyes encierran en sus bases mismas, un espíritu. Y aún cuando las leyes se modifican y hasta se anulan mientras se generan nuevas, aún así, en el desarrollo del pensamiento judío siempre se intentó cuidar y preservar ese espíritu de la ley. A veces con mucho éxito y otras veces, con no tanto.

Pero la ley es importante. No sólo fue crucial en esa infancia del desierto. Yo creo que sigue siendo importante como estructura que posibilita un crecimiento y que no sólo no crecena, sino que hasta facilita la creatividad.

Y algo más. Alguna vez se dijo que el Judaísmo era la religión de la ley, y que luego llegó el Cristianismo, que la transformó en la religión del amor.

Más que miopía intelectual, esta afirmación denota ceguera espiritual.

Cada Mitzvá, cada Jok y Mishpat, es producto del amor de Dios. ¿O vamos a creer en un Dios sádico que disfruta con el sufrimiento de sus criaturas?

Y cada ley de la Torá no viene para estrangular nuestro self, nuestra razón y nuestro libre albedrío. Al revés! Viene para ayudarnos a vivir con un propósito, y a darnos una mano en nuestra búsqueda de significado.

Creo que si tuviésemos la disciplina para cumplir, la sensibilidad para comprender su espíritu, y la alegría al llevarlos a la práctica, éstos Mishpatim harían que la vida del hombre en este Mundo, sea un poco mejor.

¡Shabat Shalom!

Rabino Darío Feiguin
Comunidad B´nei Israel, Costa Rica


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