MIS ÚLTIMAS PALABRAS
Una vez le dije a un profesor que “durante mis 12 años de estudio, había aprendido a hablar lo que la gente quiere escuchar”. A ese profesor le aseguro que esta noche es mi momento y que las palabras a pronunciar de mi boca, no provienen de un origen racional, sino de uno puramente sentimental. Ahora, seguiré con el protocolo.
Buenas Noches directora, miembros de la junta directiva, profesores, padres de familia, familiares y compañeros:
Hundido en mis pensamientos, me hallo parado frente a ustedes. Con una sensación amarga, admito que este día ha llegado. Tal vez, ustedes valoren más que yo, la carga simbólica que tiene esta noche; en especial los padres, que ven a sus hijos, totalmente cambiados, cruzar por una puerta ficticia que marca el inicio de una etapa de vida sin conocer. Mas, siento en mí una obligación media extraña que en vez de resaltar, tal como se hace en todas las graduaciones, el simbolismo clásico que estas representan (“… el final de una etapa de vida y el inicio de otra…”), prefiero recordar la más larga película de todas, que nos tuvo como protagonistas, porque duró más de 12 años; pero, que acorde a nuestro ojos, fue solo una efímera escena bajo un mismo escenario.